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La propiedad de Sargoçam afirma que la existencia de un candado en las barreras de la finca responde a la necesidad de controlar un rebaño de unas 200 ovejas. Tanto el propietario como la empresa que gestiona la explotación agraria esgrimen que el cierre con llave de las barreras no responde a la intención de impedir el paso por el Camí de Cavalls, sino evitar la fuga del ganado de la finca en una zona próxima a una carretera. Aseguran que el candado lleva instalado años y que siempre que se les ha comunicado la organización de una excursión no han puesto impedimentos.

El conseller de Ordenación del Territorio, Joan Marquès, corrobora la buena predisposición de la propiedad y la empresa que gestiona la finca a permitir el paso por el Camí de Cavalls. La realidad es que las "cantonades" son a la vez el acceso a la finca y el paso por el Camí de Cavalls. "Es uno de los casos en que la actividad agraria justifica el cierre de las barreras", afirma. De hecho, reconoce la necesidad de abrir un portillo contiguo, con una barrera de cierre automático, para permitir el paso de peatones, ciclistas y jinetes, sin perjudicar la actividad agraria. No obstante, la apertura del portillo requiere también la creación de un sendero cerrado con pared seca para no interferir en la actividad ganadera. "Pero no podemos esperar y daremos prioridad a la creación de un portillo provisional, con el acuerdo de la propiedad y el payés, para garantizar el libre paso por este tramo", señala el conseller.

Este es el único caso del trazado del Camí de Cavalls en que las barreras están con candado, aunque Joan Marquès asegura que hay otros puntos en que será necesaria la apertura de portillos, que se ejecutarán dentro de la segunda fase de actuaciones en el Camí de Cavalls.