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Me llamo Juan Antonio Martínez Sancho y tengo 36 años. Nací en Alcora (Castellón), pero llevo ocho meses viviendo en Alaior. Soy docente de Primaria en La Salle. Mis aficiones son el atletismo, la lectura, la cocina y, de vez en cuando, realizar manualidades.

¿Qué significa ser hermano?
Se puede decir que he optado por vivir asociado a otras personas para llevar a cabo un servicio educativo destinado a los más necesitados. La mía es una dedicación completa a esta finalidad. Vivo en comunidad con tres hermanos más. ¿Cuándo descubre que quiere seguir ese camino? Digamos que te das cuenta cuando conoces a personas que tienen esa misma vocación y la viven. Cuando las cosas se hacen de corazón, apenas te las planteas y así empiezas a dar pasos.

Usted es el hermano más joven de Balears y de numerosas provincias de la Península, ¿no es así?
Sí. En lo últimos años escasea la gente joven que quiere dedicarse a lo religioso. Aunque poco a poco van surgiendo más ciudadanos con vocación, lo cierto es que la tendencia es que los hermanos sean de más edad.

¿Y por qué cree que la gente joven escasea en ese ámbito?
Habría que buscar la respuesta en la misma sociedad, en la familia, en la escuela, en los propios religiosos... Quizá el estilo de vida que nosotros ofrecemos no es el que los jóvenes buscan. Aun así, creo que lo importante no es cuántos hermanos seamos, creo que la importancia está en que las necesidades educativas están garantizadas.

Antes de llegar a Menorca, ¿cuál ha sido su camino laboral?
Estuve trabajando cuatro años en Caritas Diocesana en Eivissa, concretamente en un centro socioeducativo colaborando con las necesidades del barrio Cas Serres. Antes de esto, estuve un año en un centro de reeducación en Burjassot (Valencia). Con estas experiencias te das cuenta de que en ocasiones poco puedes hacer porque las vidas de estos jóvenes son muy complejas. Podría decirse que recibes más que das. Al final puede apreciarse que lo que necesitan es lo mismo que cualquiera de nosotros: alguien que les escuche y les quiera.

¿Qué opinión tuvo de la Isla cuando llegó hace ocho meses?
A nivel educativo, en La Salle me encontré con un equipo muy comprometido con su tarea. Para mí, eso ya significa estar comprometido con la sociedad menorquina. En cuanto a Menorca, creo que está muy bien conservada y que debería quedarse como está. He tenido la oportunidad de vivir en todas las Islas de la Comunidad Autónoma y el entorno de ésta es el que más me gusta.

¿Hay algún proyecto que le gustaría realizar en otro lugar?
Lo único que quiero es, esté donde esté, ser feliz junto a los que me rodean. He estado en diferentes lugares y me he dado cuenta de que en todos hay mucha gente por conocer y mucho por hacer. Cualquier destino puede ser enriquecedor en muchos sentidos.