Jusué - G.J.

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Autoficha
Me llamo Guillermo Jusué de Olives y tengo 34 años. Nací y vivo en Maó. Estudié Derecho en Mallorca y estuve trabajando en Madrid hasta el 2003, cuando regresé a Menorca para abrir mi propio despacho de abogado. Soy soltero y me encanta mi profesión, la lectura y la investigación histórica. En el poco tiempo libre que me queda, procuro disfrutar de la naturaleza.

¿Por qué decidió estudiar la carrera de Derecho?
Mi profesión es de herencia familiar, tal como consta en los archivos de la lista de integrantes de la familia Jusué, línea directa con mi querido abuelo el doctor Jusué, médico especialista de corazón y pulmón y muy querido en la Isla. El primer dato histórico jurisconsulto familiar de los Jusué está documentado en Navarra en 1571. Por parte de mi familia materna de Olives también ha habido abogados, como mi abuelo Guillermo de Olives o mi bisabuelo José Olivares.

¿Por qué escogió Mallorca para estudiar su carrera?
Escogí Palma porque siempre tuve claro como menorquín que no quería perder las raíces, cultura, ni las formas de vida únicas de Balears. Para perfeccionar mi formación, tuve la oportunidad de prepararme como abogado en Madrid, concretamente, en el bufete J.Y. Hernández-Canut. Desde hace siete años cuento con mi propio despacho.

¿Le atrae el mundo de la política?
Sí. Creo que también lo llevo en la sangre por ambas ramas familiares. Por la de Olives, el más conocido es mi abuelo Guillermo de Olives Pons, quien fue elegido primer senador por Menorca (UCD) en 1977. En cuanto a la rama Jusué, también constan registrados numerosos políticos, el último mi bisabuelo Jesús Jusué Martínez de Bedoya, quien fue alcalde de Potes (Santander) y farmacéutico de profesión. En cuanto a mí, me afilié al Partido Popular a principios del 2008, días después de que perdiera las elecciones. Lo hice porque consideré que debía ayudar a un partido al que creo que le hace falta tanto savia como ideas nuevas y más ahora, cuando es precisa una regeneración y no sólo una renovación en vista de lo que todos sabemos por los medios de comunicación.

¿Qué es lo que no concibe de la Justicia?
Me desagrada ver trámites dilatorios, errores y omisiones en la tramitación de la ejecutoria, ya que muchas veces pueden causar malos entendidos con graves consecuencias, como la demora de jueces en sancionar, multar u obligar a ejecutar sentencias a los culpables, por ejemplo, el "caso Mari Luz". Recuerdo unas palabras muy acertadas y justas del magistrado mahonés Gabriel Fiol en su discurso de toma de posesión, que dijo: "Mientras no se ejecuten las sentencias que pronuncian los jueces, estamos ante una justicia teórica pues la tutela judicial de la Constitución Española requiere ejecución puntual de aquello que ha sido decidido en sentencia".