Dilatación. El balanceo de la pelvis ayuda en dicho proceso - 4 Vents

TW
0

El Hospital Mateu Orfila ha adecuado dos de los cuatro paritorios del centro para la práctica de partos naturales y ha empezado a aplicar un protocolo para aquellas mujeres que quieran reducir el impacto asistencial en el momento de dar a luz. La principal diferencia es que las pacientes tendrán a su disposición un documento sobre los factores psicológicos, afectivos y sociales que rodean el parto natural y sobre la importancia de preservar el estado de salud de la madre y del bebé.

Con dicho protocolo, cada mujer tendrá su propio plan de parto, donde expondrá sus preferencias y podrá manifestar si quiere o no un control fetal continuo o discontinuo, si desea el rasurado del perineo, la aplicación o no de una lavativa, los fármacos que ayudan a la dilatación o anestésicos.

Naturaleza

Tener o no un parto natural no es, en muchas ocasiones, una decisión propia, ya que intervienen múltiples factores. Según el jefe de Ginecología del hospital, Juan Carlos Hermoso, se puede considerar un parto natural al que se llega tras un embarazo normal, sin complicaciones ni factores de riesgo, y en el momento del alumbramiento no se detectan anomalías en la valoración inicial. Además, el proceso de dilatación debe ser normal y la sensación de dolor tolerable; el feto no presenta alteraciones y el parto se produce con el propio esfuerzo de la paciente, con la ayuda de la comadrona, y el recién nacido puede estar inmediatamente en contacto con su madre.

Uno de los grupos que no puede optar a un parto natural son las mujeres que han padecido diabetes durante el embarazo o tienen otras patologías.

Según el ginecólogo, "es el parto natural el que te elige y no al revés", en el sentido de que es la propia naturaleza de cada persona la que hace posible vivir un parto con la mínima asistencia del equipo médico. "Muchas veces, por mucho que se desee un parto natural", asegura el médico, "es imprescindible una intervención obstétrica, instrumental o una cesárea".

Por otro lado, el jefe de Ginecología considera que no se debe relativizar el riesgo que presenta un parto, por lo que afirma que humanizar el proceso en los hospitales no debe ir en detrimento de proteger a la madre y al hijo de posibles accidentes. "No tomar medidas como tener una vía intravenosa preparada al inicio de la dilatación o tener un monitor que, de manera constante, dé información sobre el latido fetal puede tener consecuencias cuando surgen complicaciones imprevistas", recuerda Hermoso.
Desde el punto de vista del médico, se trata de dos ayudas que no desvirtúan la esencia del parto natural, como tampoco lo hace el tomar alguna medida específica en el momento del nacimiento si el recién nacido necesita reanimación inmediata antes, incluso, de entrar en contacto directo con la madre. "Lo más importante es evitar riesgos", añade el ginecólogo.

Las madres primerizas son las que más demandan un parto natural, según la información facilitada por el 'Mateu Orfila', pero también es cierto que muchas optan por la anestesia epidural cuando el proceso de dilatación es lento y largo, o cuando la tolerancia al dolor es menor de lo que habían previsto.

Los nuevos paritorios son salas pintadas con un color cálido, dotadas de todo el material necesario para el parto, desde el proceso de dilatación de la paciente, la fase de expulsión del bebé y el alumbramiento. Hasta el traslado a la habitación, por lo tanto, el padre y la madre siempre comparten la misma sala. Los paritorios también cuentan con dos balones de grandes dimensiones, sobre las cuales las parturientas pueden balancear la pelvis y ayudar a la expulsión, además de cuerdas colgadas del techo para estirar con fuerza.

El número de partos en Menorca descendió en 2009 un 11,7 por ciento respecto a 2008, aunque en dicho año se había registrado el mayor número de partos de la última década.