Playa. Imagen de la cala tras el desembarco de una "golondrina" la semana pasada - Rubén

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Turqueta es sin ningún tipo de dudas una de las playas más famosas del litoral sur menorquín, aunque actualmente no tanto como otras calas más mediáticas que protagonizan spots publicitarios o son utilizadas como principal postal de la Isla para la promoción más allá de nuestras fronteras. Su visita es recomendada en todas las guías, aunque conseguir llegar hasta sus cristalinas aguas se está convirtiendo en los últimos tiempos en una misión imposible para muchos turistas, que ven cómo sus puertas se cierran con facilidad desde que hace unas temporadas se decidiera limitar el acceso al aparcamiento para preservar la zona natural.

Desde que la semana pasada entraran en funcionamiento los paneles luminosos que informan sobre la capacidad de los parkings, el de Turqueta ya se ha cerrado en unas cuantas ocasiones. Quienes lo intentaron el pasado lunes por la tarde tuvieron que buscar un destino alternativo, mientras que quienes probaron suerte ayer por la mañana vieron cómo el cartel de "lleno" lucía antes del mediodía.

Las 120 plazas que ofrece actualmente el único aparcamiento operativo, el más lejano de la playa, no son suficientes para dar cabida a todos los turistas y lugareños que cada día desean visitar la paradisíaca playa de aguas de tonos turquesas. Bien es verdad que su zona de arena tampoco es demasiado extensa, por lo que para muchos las restricciones de acceso son toda una garantía de una estancia tranquila.

Sin embargo, hay quienes ante la imposibilidad de acceder a la playa optan por la vía marítima. Y en ese sentido, hay que señalar que Cala Turqueta es uno de los destinos fijos de las empresas de Ciutadella que se dedican a organizar excursiones en "golondrina". Uno de los representantes de ese sector en el municipio, Dámaso de la Cruz, reconoce que lo habitual es que amarren, por turnos, hasta cuatro embarcaciones al día para que los turistas permanezcan en la cala durante al menos una hora, aunque resulte difícil encontrar un hueco para la toalla. Sin embargo, De la Cruz sostiene que no se puede hablar de masificación si se compara con las situaciones que se producían hace diez años, cuando el acceso no estaba limitado y el parking prácticamente a pie de playa.

Explica el portavoz que las "golondrinas" sólo tienen permiso para operar en el litoral sur y amarrar en otras dos playas, Son Saura y Trebalúger. Según De la Cruz el estado en el que se encuentra la primera de ellas, con grandes acumulaciones de algas, y que la segunda no siempre se encuentre en condiciones óptimas, dependiendo del caudal del torrente, hacen de Turqueta la primera y mejor opción para los organizadores de excursiones. "Tiene las aguas más limpias y cristalinas, y los clientes quieren ver playas bonitas", concluye De la Cruz.