Lleno. Se espera que la gente se reúna para ver los partidos en bares y restaurantes - Gemma Andreu

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La Isla se vuelca hoy en la final del Mundial de Sudáfrica. Varios actos han sido anulados o modificados en las agendas municipales para que nadie tenga que renunciar a un encuentro histórico. Se espera que, como es habitual en los últimos partidos que han permitido a "La Roja" escalar hasta la final, los bares estén a rebosar, y las casas estén repletas de familia y amigos alrededor de la pantalla del televisor. Las calles pueden quedar, pues, desiertas. Y es que a las 20.30 horas de hoy, para muchos, se parará el mundo.

Es el caso de Pilar Carbonero, alcaldesa de Ciutadella, que reconoce haber seguido todo el Mundial y quedó especialmente satisfecha del último partido de España contra Alemania. Como en el de cuartos, Carbonero verá el encuentro en un bar y asegura "poner todas las esperanzas en que gane España".

Sobre las predicciones del pulpo Paul, se muestra un tanto más escéptica, aunque no pierde el sentido del humor cuando apunta que "según los expertos, los pulpos son daltónicos, con lo que es difícil que puedan diferenciar entre una bandera u otra". También bromeó en referencia a la credibilidad que ofrece este animal, puesto que "los pulpos viven como máximo dos años, así que veo difícil que sea el mismo que ya hizo predicciones en la Eurocopa". El mérito del pulpo ha sido, según ella, una enorme expectación mediática.

Su homólogo en Maó, Vicenç Tur, reconoce no vivir con tanta intensidad el tema del futbol. De hecho, se declara "no futbolero", aunque admite que vio el partido de cuartos y además disfrutó de él. No podrá ver la final porque estará en un avión, pero apuesta a que la victoria será española -entre otras razones porque el pulpo así lo ha dicho-. Sobre el oráculo, asegura que lo prefiere "entero o a la gallega".

La secretaria general del Partit Socialista de Menorca, Antònia Allès, también es de la "liga no futbolera". En el momento en que hablamos, Allès está más pendiente de la manifestación en contra de la sentencia del Tribunal Constitucional en Barcelona que del Mundial. Además, para ella, los domingos es un día para "planificar la semana".

A su lado está Ramon Orfila, presidente de la Comisión Balear de Medio Ambiente, quien tampoco es aficionado a este deporte, aunque sí admite que "el partido de hoy puede ser un gran espectáculo, y tal vez nos enganchamos en algún momento".

La portavoz del Partido Popular en el Consell insular, Juana F. Pons Vila, asegura que ella tampoco vería el partido si no fuera porque su marido "es un apasionado del fútbol y ha seguido todo el Mundial".

Sin embargo, aprovecha para hacer una reflexión sobre la gran cantidad de banderas españolas que se han visto últimamente: "Ojalá tuviéramos más conciencia de país, más allá de los colores de un equipo de fútbol. Y es que antes nadie se atrevía a decir que era español, y ahora con el Mundial, el miedo a exhibir la bandera se ha perdido".

Servicios básicos

El Hospital, las fuerzas de seguridad y los bomberos funcionarán hoy con absoluta normalidad. Aunque los trabajadores puedan aprovechar los descansos o el tiempo en el que no haya trabajo en exceso para "echar un vistazo" al partido.

En el "Mateu Orfila" el médico de guardia no dejará el quirófano, pero los pacientes ingresados podrán verlo desde sus habitaciones, y parte del personal sanitario podrá escucharlo por la radio o verlo en televisión desde las salas de descanso de enfermería.

Los guardias civiles también intentarán escucharlo si no hay trabajo, y "si podemos verlo mientras merendamos, pues aprovecharemos", afirma un agente.

En el parque de Bomberos de Maó están más que a punto para el encuentro que decidirá quién se lleva el título de campeón del mundo. No faltan banderas ni ánimos para que España sea la que se lleve este título, por lo que uno de los efectivos reconoce que "tenemos un buen equipo y estamos en un buen momento".

Ahora sólo queda decir aquello de "que gane el mejor".