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Autofitxa
Carmen Estela Fernández Ruiz Caracas. Soy de Venezuela. Estoy casada y tengo 3 geniales, divertidos, bellos y fantásticos hijos. Estudié en la Universidad Central de Venezuela, Estudios Internacionales, carrera que nunca ejercí porque el ballet ocupaba todo mi tiempo. Me gradué de bailarina profesional y maestra de ballet clásico tras nueve años de intenso estudio. Ocho horas diarias de clases de todo tipo: teóricas como historia de la danza, tuve de maestra a Belén Lobo de Izaguirre, la madre de Boris Izaguirre. También música y pedagogía de la danza y materias prácticas como ballet clásico, Jazz, contemporáneo o flamenco. Llevo más de 30 años enseñando ballet clásico. Mi afición preferida es la risa.

¿Cómo se lanzó a crear una escuela de danza en Ferreries?
Cuando llegué a Menorca en 1999, lo que más me llamó la atención fue la enorme cantidad de niños que vi en Ferreries. Todos en la plaza, jugando, mis hijos eran pequeños y me encantó ver que hacían amigos con facilidad y que aprendían el menorquín aún más rápido. Empecé a dar clase por casualidad, a través de Estela Vidal que me recomendó dar clases en el colegio y hubo un momento en que veía que crecía la cantidad de niños en mis clases. La receptividad de todo el pueblo con cada movida que organizaba era muy buena y decidí crear un espacio adecuado para poder enseñar con todo rigor ballet clásico.

¿Se imaginó alguna vez el potencial que tenía el baile?
Cuando empiezas una actividad, nunca sabes cómo te irá, surgen mil dudas. Estoy en un pueblo pequeño y necesitas tiempo para saber cómo resultará. Hace cinco años llamé al gran maestro Héctor Zaraspe y me dijo una palabra clave: paciencia y mucha humildad. Y le he hecho caso. Hoy en día, puedo decir que ese potencial es un hecho. Es la mejor recompensa que puede tener un maestro, ver a un alumno avanzar y triunfar.

¿Qué es lo principal que se transmite a los bailarines al enseñarles danza?
Que nada se logra sino hay disciplina y constancia. Intento que esto lo apliquen a cada área de su vida cotidiana. Hoy en día mis alumnos y alumnas lo entienden y saben que para un buen rendimiento se debe mantener unas reglas y que esas reglas las pongo yo. Eso sí, que nunca falte la sonrisa, la motivación y siempre intento resaltar los logros de cada uno. El ballet clásico se debe enseñar de manera amena, hay que lograr que los niños amen la danza y que el esfuerzo físico que significa cada clase resulte explicable. Los niños no se cortan al preguntar: ¿Por qué tenemos que hacer adagio cada día? Y hay que explicarles que si no hacen este ejercicio no podrán hacer este otro y a medida que ellos avanzan se darán cuenta de lo que les dije un mes antes.

La representación de "Peter Pan" en el Principal hace una semana fue un éxito. ¿Cómo lo vivieron?
"Peter Pan" fue el resultado de dos años de trabajo, del esfuerzo de todo un colectivo de padres, madres y niños que soñaban con la historia. Estoy profundamente orgullosa de lo que hemos logrado. Lograr este montaje con solo cinco años de actividad de la escuela es para estar felices. ¿Que cómo lo vivimos? Pues, lo seguimos viviendo, porque seguro que la magia de "Peter Pan" volverá.