Clausura. La plaza de la Catedral se llenó para disfrutar de la última sesión de Mèdit 2.0 - Cris

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El Festival de Cinema Mediterrani de Ciutadella de Menorca (Mèdit) va por el buen camino. Si la primera edición ya fue calificada por la organización como un éxito, la 2.0 ha sido según su directora, Bibiana Schönhöfer, "excelente". Tanto es así que ya se piensa en el verano de 2011 y en la versión 3.0, una fecha que en principio los organizadores había marcado en el calendario para dar un salto más e introducir una sección a concurso. Sin embargo, dadas las circunstancias, Schönhöfer avanza que va a resultar difícil lograr dar ese paso. Y es que, según explica, para ello se necesita un presupuesto mayor, cuando la tendencia por culpa de la crisis es que se vaya reduciendo.

La directora del festival avanza que con el compromiso de la administración (Ayuntamiento, Consell y Govern) garantizado, la apuesta para el futuro pasa por lograr el patrocinio de firmas privadas, algo en lo que se volcarán el año que viene. Cabe señalar que Mèdit no pierde dinero (tampoco lo gana), pero sobrevive gracias a la colaboración desinteresada de muchas personas.

Futuro
De cualquier forma, la base para el futuro ya está sentada, y sobre ella se seguirá construyendo Mèdit, eso sí, puliendo algunos detalles, como ya se hizo este verano. Schönhöfer reconoce que la edición 2.0 ha logrado mejorar dos de los puntos flojos del verano anterior. Por una parte se comprobó que la gente lo que quiere es disfrutar del cine al aire libre, por lo que se optó por eliminar las proyecciones en el Teatre de Calós.
Por otro lado, se ha logrado enganchar al público con el vídeo-arte, una de las secciones que menos público logró reunir en 2009, gracias a la organización de una exposición específica durante prácticamente todo el mes de julio en la sala El Roser.

Filosofía Definida
La directora sostiene que la filosofía y planteamiento del festival están bien definidas. "No hacemos un festival para traer gente famosa, sino para el público", apunta Schönhöfer, quien reconoce que este año se ha apostado por un festival más "arriesgado y social", algo que según ella se demuestra con secciones como la dedicada a Israel y Palestina o la programación de "María y yo", un documental que en a priori puede resultar menos atractivo para el público en general pese a que algunos ya lo ven como candidato a los premios Goya.

Al igual que el año pasado, la respuesta del público ha vuelto a ser fantástica. Según los primeros cálculos, las asistencia se sitúa en torno a los 4.500 espectadores entre las diferentes secciones.