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Autoficha. Me llamo Miquel Comellas y tengo 36 años. Nací y vivo en Ciutadella, aunque ahora trabajo en Maó. Desde los 16 años soy carnicero porque me gusta, aunque desde hace nueve meses sólo trabajo con productos ecológicos, y se nota mucho la diferencia. Mis aficiones son el baloncesto y dar una vuelta por el campo.

Trabaja en una tienda que sólo vende productos ecológicos, ¿qué significa?
Ecológico significa natural, sin transgénicos, ni conservantes, ni colorantes, ni herbicidas, ni pesticidas, ni nada químico.

¿Cuáles son las ventajas y las desventajas?
La única desventaja es el precio, que es un poco más elevado respecto al mercado de productos convencionales. El resto, todo son ventajas, empezando por la textura y el sabor, pero sobre todo para la salud.

¿Por qué resulta más costoso el trabajo de los ganaderos y agricultores ecológicos?
Como carnicero sé que los ganaderos tienen un límite de animales por hectárea, por lo que con el mismo terreno un ganadero convencional hace una producción mayor, más rápida y económica. Los animales crecen encerrados, se alimentan con paja y pienso, y los matan a los nueve meses. Los ecológicos crecen en el campo, su alimentación es de calidad, y no los matan hasta que cumplen el año o año y medio.

¿Cómo se garantiza esta calidad?
Todos nuestros alimentos llevan un certificado. Hay varios entes que lo regulan, uno de ellas es el Consejo Balear de Producción Agraria Ecológica.

¿Son menorquines todos los productos que ofrecen?
Los frescos sí, como la carne, las frutas, las verduras y el pan. Luego tenemos productos envasados para ampliar la oferta, como pasta, legumbres, galletas o incluso jabón y pasta de dientes; la mayoría de éstos vienen de Barcelona.

¿Qué tipo de cliente tienen?
Todos funcionamos con rutinas y tenemos clientes fieles que vienen los mismos días de la semana. Es gente que valora esta calidad y puede permitirse pagar la pequeña diferencia de más. También hay consumidores nuevos; algunos no repiten, pero la mayoría sí.