El público respondió a la llamada de este nuevo encuentro y unas 300 personas llenaron la capilla y las salas contiguas - Javier

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Desde el afecto y el crédito, no sólo como profesionales reconocidos sino también como veraneantes veteranos y amantes de Menorca, los participantes en el II Foro Illa del Rei invitaron el jueves a la sociedad insular a definir con mayor claridad su modelo de desarrollo, a mejorar en la calidad de sus servicios y a flexibilizar los trámites y requisitos burocráticos que dificultan nuevos proyectos y hacen la vida difícil a quienes eligen la Isla como segunda residencia.

Entre bromas, con alusiones a sus "periplos" personales ante la maquinaria administrativa, pero también haciendo gala de una resistencia a prueba de cualquier extenuante papeleo o de esas tasas náuticas del puerto de Maó, "más caras que en Cannes o Montecarlo", Joaquim Molins, Iñaki Gabilondo, Carlos Sebastián, Jaime Mairata y Miguel Aguiló pusieron énfasis en demandar seguridad jurídica y una simplificación de trámites que anime a posibles inversores, a empresarios y particulares que emprenden pequeños negocios o que simplemente desean realizar mejoras en las viviendas que mantienen en Menorca.

Y lo hicieron ante un público en el que había una nutrida representación de la clase política menorquina, como la consellera balear de Turismo, Joana Barceló, que al final del coloquio no tuvo más remedio que intervenir y admitir que la Administración debe ser más ágil, pero que también dejó claro, ante las dudas planteadas por los ponentes, que la apuesta de Menorca por ser una sociedad de servicios "es clara", implica a muchos sectores y tiene futuro.

Cerca de 300 personas llenaron la capilla del antiguo hospital de la Illa del Rei y los espacios contiguos, desde los que se pudo seguir el debate gracias a la instalación de una pantalla.

Una manera de hacer
Una voz discordante, la del ingeniero y economista Miguel Aguiló, defendió frente al resto de ponentes que para Menorca "no son adecuados algunos modelos de planificación consagrados", ya que la Isla tiene su "manera de hacer", ha sabido crear su propio "modelo de éxito", de un equilibrio "consustancial" a un territorio pequeño, y que "funciona bastante bien". En cuanto al transporte aéreo, el ex presidente de Iberia consideró que la crisis no ha castigado en exceso el tráfico en Menorca, si se compara éste con las caídas experimentadas en otros aeropuertos españoles, y aseguró que las instalaciones de AENA, con una población de 92.000 habitantes, serían impensables si no se tratara de una isla.

Pero fueron mayoría en la mesa los que transmitieron la percepción de que los menorquines siguen inmersos en la confusión, en el dilema de volcarse o no en el turismo y el sector servicios, que como expuso el economista Carlos Sebastián, representa ya más del 75 por ciento del Producto Interior Bruto de Menorca. En opinión del catedrático, "no sería realista una estrategia basada en la industria y el campo".

El periodista Iñaki Gabilondo insistió en que los menorquines "sienten en sí esa contradicción, y esperan a que alguien les resuelva el enigma, están aún en la fase de decidir qué quieren ser, cuál es su sueño". También el empresario y ex diputado Joaquim Molins abogó por la participación de toda la sociedad en esa definición del desarrollo futuro, porque "en una sociedad de servicios éstos los dan las personas, y es imprescindible que sepan cuál es ese modelo".

Por su parte, el abogado Jaime Mairata, prestó su voz al mundo rural que, afirmó, necesita que se eliminen trabas a la iniciativa privada y que se ofrezca a los payeses no sólo supervivencia, sino una vida atractiva y de calidad.