Felicidad. Rafel y María José cumplieron su más anhelado sueño - Javier

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Rafel Carreras Munar tenía ayer dos citas ineludibles; una al mediodía, en el Ayuntamiento de Maó para casarse con su novia María José Navarro, y otra, por la tarde, con la qualcada en las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia, en la que participó como caixer. Doble ración de nervios que superar en apenas unas cuantas horas. "El dissabte" de fiesta siempre ha sido una fecha señalada para un mahonés como Rafel, especialmente en los dos últimos años en los que ha tenido el honor de salir de caixer, pero seguramente pensó que el sueño de su vida sería completo si pudiera celebrar sus esponsales esa misma jornada, y vestido por tercera vez de caixer. No sería el primero en tener tan original idea y ayer cumplió su anhelado deseo.

Una carroza de ensueño tirada por cuatro caballos recogió a la sorprendida novia en su casa a media mañana. David Callejas Marqués, el caixer fadrí, fue el conductor de la cuadriga; "tres yeguas y un caballo entero". Callejas es un buen amigo y en este caso el cómplice de Rafel que se ofreció como cochero en una jornada de auténtico cuento que el novio quiso regalar a su amada. "Quería darle una sorpresa, quería que tuviera algo especial y se sintiera hoy como una princesa", explicó un enamorado Rafel al relatar la trama que urdió para sorprender a su novia hoy ya esposa con el elegante carruaje que aguardaba a su puerta. Gracias a la destreza del caixer fadrí, la carroza, los caballos y la radiante novia recorrieron las coloridas calles de un Maó también engalanado, ante la mirada de turistas despistados y mahoneses en vísperas de su fiesta grande, que disfrutaban de un soleado y caluroso martes con sabor dominguero. Al llegar la comitiva a la cuesta que accede a la Plaça Conquesta, una de las yeguas, resbaló con la arena esparcida sobre el asfalto y cayó arrastrando al resto de equinos. El susto fue tremendo, aunque no pasó a mayores. La yegua tuvo dificultades al principio para levantarse pero finalmente logró erguirse. La novia recorrió a pie los últimos metros que la separaban del Ayuntamiento donde inquieto aguardaba ya el novio junto a familiares y amigos de la pareja. El alcalde Vicenç Tur, quien también velaba armas antes de ponerse por segundo año consecutivo el traje de caixer batle, presidió la ceremonia. "Muchas parejas viven tan profundamente el sentir de las fiestas que deciden casarse en un día tan espacial como el de hoy", comentó el regidor. Tur rememoró como el ex alcalde Arturo Bagur también casó hace unos años a otra pareja de mahoneses durante las fiestas. Incluso ayer parte del personal del Ayuntamiento no quiso perderse tan singular y feliz enlace que aseguraron emocionó al propio alcalde.

La pareja y la comitiva partió rauda a celebrar los esponsales porque Rafel tenía a las cuatro y media de la tarde la segunda cita ineludible de la jornada, pero esa es otra historia.