Incháustegui. Lleva diez años impartiendo los talleres de padres

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Este miércoles se inicia en Ciutadella la décima edición del Taller de Aprendizaje de Padres y Madres de Alumnos de Primaria, una iniciativa puesta en marcha por el Ayuntamiento con el objetivo de ofrecer un espacio de asesoramiento, orientación e información sobre temas de educación, crianza y de relaciones para mejorar las dinámicas familiares, fortalecer los lazos afectivos entre padres e hijos, potenciar actitudes y aptitudes sanas en la labor cotidiana de los padres y las madres hacia sus hijos, compartir experiencias y favorecer un desarrollo individual y familiar positivo. Este programa será dirigido, una vez más, por la pedagoga y terapeuta familiar, Irune Incháustegui.¿Cómo se enfoca el taller?Es un taller para padres y madres de niños de Primaria, de edades entre 6 y 12 años que consiste en una serie de encuentros quincenales, de dos horas, donde se abordan los temas que les preocupan a ellos para potenciar sus capacidades como padres. En la primera sesión eligen lo que les interesa, dependiendo de las edades de los hijos, y lo desarrollamos con exposiciones, debates y ejercicios, y vemos cómo lo viven en el día a día. Problemas concretos, los límites, si hay que poner castigos o no, en qué consiste la educación, la relación con los abuelos, con la autoridad. ¿Cuáles son las principales preocupaciones de los padres?En general, la mayoría de los padres tienen miedo de no hacerlo bien, miedo de excederse o de no poner los suficientes límites. Hay una gran preocupación a nivel social sobre qué está pasando que nuestros niños no responden de la manera que esperamos, que a nivel escolar empieza a haber fallos muy temprano. Los padres se sienten culpables, se sienten mal, creen que ellos tienen algo que ver con eso. Luego hay otra parte de la población que es muy responsable, que quiere coger herramientas para poder educar mejor. Desde este aspecto más preventivo, el taller aborda el no esperar a tener un problema, sino que hay que trabajar la prevención para que no pasen estas cosas.¿Cómo tiene que ser la relación entre padres e hijos para que sea la correcta?Tiene que ser complementaria y totalmente jerárquica, entendiendo la jerarquía como una necesidad del niño de tener un padre que haga de padre. La mayor parte de las veces se ha pasado de una familia muy autoritaria en tiempos pasados a una familia excesivamente flexible donde los padres entienden que son iguales que los hijos confundiendo el rol, pensando que hay que ser amigos y colegas. Pues no, tenemos que ser padres, los hijos ya tienen a sus amigos y sólo tienen un padre y una madre. Asumir esta responsabilidad o esta autoridad positiva es un esfuerzo que a veces uno no cree que pueda hacer. Hay que tomar esa conciencia porque la mayoría de los padres saben educar pero no se lo creen.¿No se sienten en el papel de padres?Hemos perdido ese sentido común que antes era latente de una forma más natural, de ver que un niño tiene que tener unas consecuencias cuando no se hace algo bien. Las consecuencias son necesarias para que entienda lo que es el sí y el no de la vida. Nos ponen difícil esa transmisión de valores continua y permanente porque la sociedad no lo transmite, ni los medios de comunicación tampoco ya que todos los días dan ejemplos de situaciones en que los chavales no se portan bien y nos dan unos mensajes muy negativos y muy confusos. Entonces los padres se sienten muy perdidos, no saben qué hacer, si les tienen que reñir, castigar, premiar. Hoy día, los niños viven excesivamente protegidos. En este sentido, la educación está mal entendida.¿Qué se ha hecho mal para que haya ese cambio tan sustancial entre esas generaciones de padres estrictos y los excesivamente permisivos de hoy día?Muchas cosas, no es un solo factor. Las familias se sienten muy solas, no se sienten acompañadas en el proceso de educación, los colegios y las familias están muy distanciados, sobre todo en Secundaria. Si esa familia tiene abuelos o un entorno cercano todavía tiene una red social, pero si no se agudizan los factores de malestar. Los padres suelen trabajar los dos, la madre suele acumular más tareas que la mayoría de los padres. No se ha encontrado el equilibrio. Tampoco hay programas de conciliación de la vida familiar y laboral y eso es un problema.Así, en el ámbito educativo conviene acercar más colegio y familia...Sí, hay que cambiar muchas cosas para aproximar todos los factores que intervienen en la educación, porque la educación es cosa de todos no sólo de las familias.Comentaba también el papel de los medios de comunicación...Siempre se señala lo que no funciona, lo que los adolescentes hacen y se difunde a la tremenda. Sin embargo, cuando pasan cosas buenas, cuando algo funciona bien no se habla de ello. Se vende el morbo y eso es muy negativo porque se crea una mala imagen de los jóvenes, se asocia juventud con problemas. Los medios también deberíais dar mensajes positivos.¿En casa se libera en exceso a los hijos de sus obligaciones?En las tareas de casa los adultos estamos cubriendo a los niños en todo y con eso construimos niños pasivos, y luego les reprochamos esa pasividad cuando son adolescentes. Y los talleres trabajan en esa dirección, porque nadie nos enseña a ser padres. Por eso está bien que se organicen estos cursos.