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Más negativa que positiva. Así es la gestión económica de la Comunidad Autónoma de las Illes Balears (CAIB) a la vista de la evolución de las magnitudes más significativas de los informes de cuentas generales del periodo 2003-2007. El documento, elaborado por la Sindicatura de Cuentas, viene a confirmar lo que el ciudadano sabe o cuanto menos intuye, que las cuentas públicas no van bien.

Así, el resultado no financiero de la CAIB fue negativo en todos los ejercicios del periodo fiscalizado, excepto 2004, año en el que se reconoció el derecho por el déficit de financiación histórico por las competencias transferidas en materia de Sanidad y Educación, siendo 2005 el año de peor resultado (- 362.884.000 euros).

No obstante, las cifras se maquillan al sumar las operaciones financieras (relativas a préstamos y créditos), que permitieron que en 2004 y 2006 el resultado presupuestario global (incluyendo operaciones financieras y no financieras) fuese positivo.

Escenario

Estos resultados son fruto de un escenario presupuestario complejo, con numerosas modificaciones y un alto nivel de endeudamiento. Así, durante el periodo fiscalizado, se tramitaron modificaciones de crédito (entendido éste como cantidad consignada en las diferentes partidas del presupuesto) por valores entre los 323 y los 532 millones de euros, lo que supone que los créditos inicialmente previstos por el Parlament se incrementaron de media un 20 por cien.

Los presupuestos se configuran como previsión y como tal susceptibles de cambios, anque cabe remarcar el hecho de que la Sindicatura haga hincapié en el carácter recurrente de algunas modificaciones.

En este sentido, el informe subraya como sistemáticamente las previsiones iniciales del presupuesto se sitúan por debajo de las obligaciones reconocidas durante el ejercicio anterior en gastos relativos al IB-Salut, a IB3, a obras y expropiaciones de terreno en materia de carreteras o a subvenciones al transporte marítimo.

Es decir, que un año se gasta 10 y el Govern presupuesta para el siguiente 7, lo que obliga a realizar las correspondientes ampliaciones de crédito, modificación problemática, tal y como refleja el informe de fiscalización, pues deben financiarse a cargo de resultados del mismo ejercicio y en el momento de tramitar los expedientes no se cuenta con la cobertura económica necesaria para su financiación.

La CAIB no tuvo más remedio que acudir al endeudamiento, que en el periodo analizado se incrementó en 524 millones de euros (un 81 por ciento), algo que motivó un aumento de un 60 por ciento de los gastos financieros.

Ejecución
En el lado positivo, sin embargo, está el grado de ejecución presupuestaria en el periodo analizado. En lo que se refiere a los ingresos, los niveles de ejecución han sido muy elevados- por encima del 90 por ciento- destacándose los de 2004 y 2006, ejercicios en los que los porcentajes ascienden al 115,14 y al 100,58 por ciento respectivamente. Además, los derechos reconocidos aumentaron año tras año, siendo el capítulo de impuestos directos el que más lo hizo.

En cuanto al presupuesto de gastos, los niveles de ejecución son también bastante altos- entre el 95,9 y 97,3 por ciento- manteniéndose estables a lo largo de todo el periodo. También las obligaciones reconocidas han aumentado cada ejercicio, siendo las más significativas las relativas a transferencias al IB-Salut, las entidades dependientes de la CAIB y a los centros de enseñanza concertados, así como las referidas a los gastos derivados de los convenios de carreteras suscritos con Fomento.