Ráfagas. Árboles y banderas zarandeadas conviven con la belleza de las olas y algún que otro osado - Gemma Andreu

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Poco más que bellísimas imágenes de la costa menorquina, pelos alborotados y frío, mucho frío. La tramontana que azota la Isla estos días se ha cobrado sus víctimas en las conexiones marítimas y el cierre del puerto de Maó, pero no ha habido que lamentar otro tipo de daños.

Ayer aflojaba, aunque a primeras horas de la mañana, las rachas llegaban a alcanzar los 80 kilómetros por hora, velocidad que no está prevista para hoy, aunque la Agencia Estatal de Meteorología pronostique que seguirá soplando el viento del Norte entre moderado y fuerte y establezca aviso de riesgo por fenómenos costeros.

Así las cosas, para quienes tengan la suerte de no ver alterados sus biorritmos, estos días de viento pueden ser una oportunidad para disfrutar con las imágenes no por repetidas menos impactantes de los árboles zarandeados y de las olas espumosas y saladas recortadas en el cielo. Los más osados pueden, además, aprovechar para practicar deportes, a priori, veraniegos, desafiando la bravura del mar sobre una tabla de surf. Y el resto, a seguir suspirando por el sol y el calor.