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La mitad de los usuarios de transporte público terrestre en Menorca utilizan algunos de los bonos que ofrecen descuentos a aquellas personas que utilizan frecuentemente el autobús como medio de desplazamiento.

El conseller de Movilidad, Damià Borràs, subrayó ayer que estas cifras revelan el alto índice de fidelidad de los usuarios del servicio insular de transporte por carretera que, según dijo, se reforzará próximamente gracias al incremento de frecuencias de algunas de las líneas ya existentes.

Aunque declinó avanzar más detalles sobre las mejoras previstas de cara a 2011, ya que todavía se están ultimando los detalles de las posibles actuaciones con las compañías de autobuses correspondientes, Borràs quiso remarcar el elevado uso de los bonos T-21, dirigidos a los jóvenes menores de 21 años y a los estudiantes, y T-Gran, destinado a personas mayores de 65 años y pensionistas.

A día de hoy se han expedido 6.926 bonos T-Gran y 2.156 tarjetas de fidelización T-21, además de 365 T-Més, para personas discapacitadas y 8 T-Acompanyament, para los acompañantes de personas discapacitadas.

Las cifras facilitadas por el Consell muestran que los títulos de transporte más utilizados por los usuarios son los bonos multipersonales T-10 y T-40, que comenzaron a comercializarse en 2005. En concreto, suponen el 50,7 por ciento de los 410.230 viajes realizados por los titulares de alguna de las tarjetas de fidelización, mientras que el 24,1 por ciento corresponde a los usuarios de la T-Gran y el 22,1 por ciento a los pasajeros con T-21.

DESCENSO
Alrededor de 2.148.000 pasajeros utilizaron el año pasado el transporte público por carretera en Menorca, una cifra ligeramente inferior a la registrada en 2009, en que el número de pasajeros fue de 2.163.000.

Borràs achacó este descenso del número de usuarios a la reducción de la actividad económica así como a la buena respuesta ofrecida por las compañías de alquiler de vehículos durante la pasada temporada turística, tras los problemas motivados por la falta de flota de automóviles que afectaron a la mayoría de estas empresas en 2009.

Además, destacó la repercusión negativa de los cambios de itinerario en las líneas urbanas de Maó motivados por las obras que se han llevado a cabo a lo largo del año en puntos como la Avinguda Josep Maria Quadrado o la zona de la Plaça del Príncep. Borràs admitió que las conexiones afectadas por los trabajos perdieron casi un 6 por ciento de los usuarios y reconoció que ha habido una falta de información por parte de la administración insular, lo que ha provocado que estas líneas perdieran su atractivo.

Consolidación
Borràs admitió que en 2003, año en que el Consell recibió las transferencias en materia de transporte, el servicio ofrecido era "débil" y la mayoría de los usuarios se concentraban en la temporada de verano.

En este sentido, destacó el esfuerzo realizado por la institución insular para consolidar el uso de las líneas de autobuses entre los menorquines, una estrategia que pasó por reforzar la conexión troncal, que enlaza Maó y Ciutadella, así como el incremento de frecuencias matutinas y vespertinas de las rutas turística, la conexión entre el Aeropuerto y la Estación de Autobuses de Maó y la implantación de líneas de transporte urbano en Maó y Ciutadella.