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El campo menorquín ha puesto claramente sobre la mesa la inviabilidad de su sector, y advierte que, si nada lo remedia, durante el último ejercicio y hasta el 19 de marzo, doce 'llocs' habrán cesado su actividad o habrán anunciado sus intenciones de hacerlo en los próximos meses.

San José es la fecha en que tradicionalmente las fincas prorrogan o anuncian su intención de extinguir sus SRM (Sociedad Rural Menorquina) con la propiedad de la explotación. Así, a las 7 que ya han echado el cierre durante el pasado año, se le añadirían otras 5 que ya han comunicado su decisión de abandonar el campo.

La entrada en fase preconcursal de Nueva Rumasa no hace más que acrecentar la crisis por la que pasan los productores agrícolas y ganaderos de la Isla. Las doce explotaciones que entregan cuajada a la empresa de la familia Ruiz Mateos tienen deudas que van de los 40.000 a los 200.000 euros y se ven en la disyuntiva de o dejar de servir su producción a la planta de Maó, o "permitirnos el lujo de tirar la cuajada".

En este contexto, desde AGRENA, AGRAMA y FAGME lamentan que "somos los que hacemos el trabajo paisajístico y medioambiental, los que trabajamos para el campo, y nos sentimos menos valorados que las asociaciones ecologistas. Y eso, llega un punto que sabe mal", confesó el presidente de FAGME, Pau Bosch.