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Me llamo Adriana Flores Murillo y soy de Bolivia. Llegué a Menorca hace cinco años y me encuentro muy a gusto en la Isla, aunque echo de menos a mi hijo, que está en mi país, y a toda mi familia. Me gusta mucho el baile, de hecho formo parte del grupo Alma Boliviana. En todos los sitios donde hemos actuado nos hemos sentido muy apoyados.

¿Cómo nació Alma Boliviana?
Alma Boliviana es un grupo que nace en el 2008 y que está formado por bolivianos, entre los que hay mayores y niños. Aunque está abierto a todo el mundo. Nos une el hecho que nos gusta el baile. Nuestra idea es mostrar la cultura boliviana aquí en la Isla. En la actualidad somos 20 y nos reunimos cada semana para ensayar.

¿Cuál es la respuesta de la gente cuando les ve actuar?
Muy buena. En todos los eventos en los que participamos nos sentimos muy apoyados, tanto por nuestros compatriotas como por los menorquines.

¿Qué es lo que más llama la atención aquí de los bailes típicos bolivianos?
El colorido de nuestros bailes. El baile de Los Tobas, por ejemplo, que utiliza un plumaje muy colorido. O los caporales, que son muy brillantes. La gente nos dice que están muy contentos porque no están acostumbrados a ver algo así.

¿Se anima la gente a bailar en sus espectáculos?
A veces sí, pero pocos. La vergüenza manda. Aunque ahora tenemos con nosotros a un marroquí, y eso es algo que nos alegra mucho.

¿Qué significa el baile para usted?
Me permite no extrañar tanto la cultura de mi país. Además de los espectáculos, nos reunimos en casa y vemos videos y hacemos comidas típicas de Bolivia y así nos sentimos más cerca de lo nuestro.

Cuando llegó a la Isla, ¿qué es lo que más le llamó la atención de la cultura menorquina?
Los bailes menorquines. Me parecieron muy bellos. Se baila muy bien aquí. Y aunque no sea propiamente menorquín, también me gustaron mucho las sevillanas.

Dice que echa mucho de menos su tierra. ¿Tiene pensado volver?
Sí, mi intención es volver, aunque todavía falta para eso, calculo que dentro de cinco años. Aquí me encuentro muy a gusto, me he topado con gente que me ha apoyado mucho pero allí tengo a mi hijo y a mi familia.

¿Cómo llegó a Menorca?
Me fui de Bolivia por la necesidad de darle lo mejor a mi hijo. Fui a parar a España, primero a Bilbao y luego a Logroño, hasta que un amigo me dijo que en Menorca había trabajo y decidí venir hasta aquí.