SALÓN. El cliente busca en la Fira d’Stocks artículos de calidad y a muy buen precio - QV

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"Estar presentes en esta feria no es buena señal. La crisis y los presupuestos ajustados de los clientes se traducen en gran cantidad de género que no se ha podido vender en temporada y que ahora debemos liquidar como prenda de stock". Estas eran las palabras pronunciadas por una dependienta mientras observaba y enseñaba la gran cantidad de material que este año se presenta en la séptima feria de stocks de Menorca celebrada en el Recinto Ferial de Maó.

Los comerciantes presentes en esta edición del salón de stocks se mostraban satisfechos del buen ambiente y la exquisita afluencia de gente que recorría los pasillos del recinto aunque coincidían en que hay muchísima gente pero poco dinero para gastar. "A los visitantes les cuesta decidirse por uno u otro producto. Este año hemos notado que antes de gastarse un dinero en una pieza de ropa dan dos vueltas al recinto para elegir la mejor oportunidad calidad-precio", apunta Antonia Pons de la boutique de ropa Garriga. En la misma línea se postula Joana Torres de la tienda Perfil quien considera que la afluencia de público ha sido más elevada que en la edición pasada aunque asegura que el viernes vendió un 10 por ciento menos que el año anterior.

Victorina Seguí, propietaria de Novias Guajara, manifiesta el acierto de la organización de celebrar la feria la segunda semana de marzo "puesto que la gente que está en paro ya ha cobrado la prestación por desempleo". Y aunque los vestidos de novia o de comunión parece que no encajan en una feria de saldos, Seguí asegura que este año ha habido una "explosión de ventas en este salón, la gente no se puede permitir comprar un vestido a un precio sin rebajar, aquí encuentran prendas de temporada aunque sean de muestrario" y añade que "la crisis ha obligado a ofrecer las máximas facilidades a la gente para que pueda pagar su compra mes a mes, sin estas comodidades no cobraríamos".

Raquel Cabo, de Urban Spirit, explica que es el primer año que ha decidido asistir al salón comercial y el motivo no es otro que "la acumulación de artículos durante los últimos años, un género que no hemos podido liquidar y esta es la opción que tenemos para eliminar material, de momento el resultado es positivo".

Esta realidad que esgrimen los comerciantes respecto a la temporada también se ha traducido en cifras. Según ellos, este invierno ha sido peor que el anterior, y eso que parecía que el año pasado ya habían tocado fondo. Calculan una pérdida en las ventas de entre el 20 y el 40 por ciento.

Desde Urban Spirit son rotundos: "El invierno ha sido complicado, hemos percibido de cerca la situación de coyuntura económica, hemos hecho cerca de un 40 por ciento menos de caja, los clientes asiduos han seguido viniendo pero en vez de comprar tres prendas se han llevado una". Por ello, las rebajas ya empezaron con unos descuentos de vértigo en esta tienda de Ferreries "de hasta un 40 por ciento cuando lo hacíamos con un 20 por ciento". Aun así, las rebajas han sido mucho más suaves que en años anteriores. Por ello, otra de las medidas tomadas ha sido centrarse en marcas y eliminar multimarcas. "Nos hemos especializado en ofrecer un género diferenciado del resto de tiendas", explica Cabo.

Por su parte, Antonia Pons calcula una pérdida de ventas que roza el 20 por ciento "aunque no sabría decir si el motivo ha sido la crisis o el cierre por obras del Carrer Nou de Es Mercadal". Según Pons, en época de rebajas hemos vendido menos porque muchos han esperado la feria para adquirir aquello que necesitaban. Y asegura que algunas señoras pidieron el viernes como día libre y acudieron a comprar con una lista y un carro de compra.

Violeta Riquelme, propietaria de Violeta's Lingerie, estima pérdidas de hasta el 35 por ciento aunque tiene claro la necesidad de celebrar una feria de estas características, incluso propone que haya dos certámenes, "como aliciente para todo ciudadano de pasear, ojear y pasar un buen rato en un centro comercial y este es el nuestro". Desde las tiendas Sa Lluna, Natura y Fluor, una dependienta explica que este año han acudido a la feria con descuentos mucho más agresivos que en años anteriores de hasta el 70 por ciento y estima que la diferencia de ventas de la temporada invernal ha rozado el 20 por ciento respecto el año anterior.