PONENTE. José María Ayala, en su despacho del Instituto de Crédito, pronunciará una conferencia esta tarde en el Ateneu de Maó - P.ICO

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El presidente del Instituto de Crédito Oficial (ICO), José María Ayala, ha sido invitado por el Ateneu de Maó para hablar sobre las perspectivas económicas y explicar las funciones del organismo que dirige en la coyuntura actual. Licenciado en Derecho, provenía del Instituto Catalán de Finanzas cuando, en julio de 2009, fue nombrado por el Gobierno para presidir el Instituto, dependiente del Ministerio de Economía.

Entre las novedades que figuran en su mandato está la concesión de créditos directos, sin la mediación de entidades financieras, y a través de internet. Ayala asegura en esta entrevista que el ICO compensa con su financiación los segmentos del crédito que sufren más restricciones -autónomos y pequeñas y medianas empresas-, y que la situación del sistema financiero español no debe preocupar.

El ICO formalizó 300.000 operaciones de crédito en 2010 ¿cuáles son las previsiones para 2011?
En el año 2010 esas cerca de 300.000 operaciones se firmaron con pymes y autónomos fundamentalmente, y supusieron 23.500 millones de euros, a través de créditos ICO para inversión y liquidez con la mediación de las entidades financieras, y una parte menor la dimos directamente, a grandes corporaciones y a través de internet. Para 2011 nuestras estimaciones son que el número de operaciones se mantenga y que crezca ligeramente el importe medio, que ahora es de unos 60.000 euros. Las cifras que tenemos hasta marzo nos llevan a un crecimiento del 20 por ciento en número de operaciones, pero todavía queda mucho año por andar.

¿Se están paliando los problemas de financiación que tienen las empresas con los bancos?
El ICO está compensando la situación del crédito global en el sistema, que en 2009 fue verdaderamente compleja y difícil, por el severo ajuste que se experimentó. En estos momentos, si excluimos el crédito al sector inmobiliario, el resto ya está teniendo un comportamiento positivo. Eso no quiere decir que todo el mundo disponga de todo el crédito que solicita, porque después de esta gran convulsión financiera que hemos vivido han cambiado algunos aspectos, como una mayor atención al riesgo de impago.
Cuando nos acordamos de los años 2006 y 2007, esa situación tan extraordinaria de crédito, que estaba creciendo en el sistema un 25 por ciento, no se va a repetir. Hoy el crédito, excluyendo el sector inmobiliario, está creciendo al 3 por ciento y esa es una situación más normal para una razonable evolución de la economía.

Tienen una línea destinada a promoción de vivienda. ¿Eso no es muy arriesgado en los tiempos que corren para ese sector?
Es un poco el rol que nosotros desempeñamos en el sistema, compensar aquello elementos de crédito que están viéndose más afectados por la actuación del sector financiero privado. Estamos en estos momentos facilitando financiación para la promoción de viviendas de protección oficial destinadas al alquiler y la venta. Son operaciones que atendemos directamente con riesgo a cargo del ICO.

¿Por qué está siendo para España más largo salir de la crisis?
En nuestra economía hemos estado viviendo durante cierto número de años muy apoyados en el sector inmobiliario. Ese sector, que ha restado crecimiento al conjunto de la economía en 2009 y parte de 2010, está próximo a tener un carácter neutro, y el resto de las actividades industriales y de servicios está pasando a compensar ese efecto. Pero claro, el desarrollo en conjunto del resto de la economía, para que alcance los niveles anteriores, requerirá todavía un tiempo de esfuerzo y de trabajo continuado.

La posibilidad de pedir créditos a través de internet es algo novedoso. ¿Cómo está funcionando?
Este es un sistema que pusimos en marcha en junio de 2010, mediante el que se pueden solicitar operaciones en nuestra página web, de un máximo de 200.000 euros, para necesidades de liquidez e inversión, con un plazo de siete años. Nuestros equipos de análisis se relacionan a través de internet o teléfono con el peticionario. Esta línea está funcionando con normalidad, y concedemos algo más de mil operaciones cada mes. Es algo muy regular, cada día tenemos entre 150 y 200 solicitudes.

Respecto al crecimiento de la economía española, el Fondo Monetario Internacional prevé un 0,8 por ciento en 2011 y el Gobierno señala un aumento del PIB del 1,3. ¿A quién tenemos que creer?
De momento hay que esperar que se den los mejores resultados. Por verlo desde un lado positivo, creo que hay dos elementos importantes. En 2010 también tuvimos muchas discrepancias respecto a la expectativa de comportamiento del PIB en España y finalmente el resultado fue mejor que cualquiera de las previsiones e incluso mejor que la del Gobierno. El segundo es que, aunque es cierto que hay décimas de divergencia entre previsiones de diferentes analistas, hay aspectos claros, y es que la economía está en la senda del crecimiento. Tendremos que trabajar todavía durante un tiempo en los efectos de la crisis, pero lo peor sin duda se ha quedado atrás.

El debate ahora es la velocidad del crecimiento, cosa que entiendo que es positiva si lo comparamos con el año anterior, cuando las dudas eran mucho más grandes.

Pero la tasa de paro se mantiene próxima al 20 por ciento...

Sí. La dura crisis económica que ha pasado todo el mundo desarrollado nos ha dejado trabajos, nos ha dejado una tarea que se refleja en todas las reformas tanto estructurales como coyunturales que hemos de llevar a cabo. Y el termómetro de funcionamiento de esas reformas es la volatilidad de los mercados, ya que en estas últimas semanas parece que viene reduciéndose el riesgo España y que nuestra economía se comporta de un modo distinto a la de otros países periféricos. Yo creo que ese es un tema a seguir trabajando, y el otro es el desempleo. La asignación intensiva de recursos al sector de la construcción y la promoción inmobiliaria, y la retirada de esos recursos que se produce en estos momentos ha provocado unas cifras de desempleo importantes y que vamos a tener que ir digiriendo a lo largo de los próximos trimestres. Seguramente tenemos por delante un cierto tiempo por delante para acabar de ajustar el paro a unos niveles europeos, pero también todo indica que estamos tocando techo y que el próximo ejercicio tengamos ya creación de empleo neta.

Hablaba de las diferencias con países periféricos. ¿Podría España necesitar un rescate financiero como Portugal? ¿Qué coste tiene una medida así para la Unión?
Depende del país y de sus circunstancias, pero tomando las medidas adecuadas el costo hubiera de ser mínimo, porque lo que se lleva a cabo es aportar recursos a modo de financiación temporal y que más tarde serán reintegrados. Son préstamos coyunturales para paliar la situación de liquidez que puedan estar viviendo. Eso que se dio en Grecia y que son los pasos que está siguiendo Portugal, también parece que todo el mundo coincide en señalar que España no está en esa situación ni corremos en modo alguno ese riesgo.

¿Cuál es la salud del sistema finaciero español?
Globalmente el sistema ha sido siempre-y a raíz del fuerte desarrollo que ha experimentado en los últimos 20 años- una referencia de eficiencia y de competitividad entre las entidades financieras. Pero no es menos cierto que con ese desarrollo ha tenido un crecimiento extraordinario y que para la nueva situación económica que estamos viviendo, debe retroceder a un cierto ajuste de la capacidad de distribución, una reducción de tamaño. Es la situación en la que nos encontramos a nivel de sistema; a nivel de entidades se han adoptado medidas a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria que ha propiciado la concentración de entidades, con diferentes modelos y figuras, y que representan una reducción sustancial del número de entidades que van a operar.

Con esta reordenación y ajustes en la capacidad de distribución, muchos de ellos ya planificados y previstos, no tenemos porqué tener ninguna preocupación por el sistema financiero en España.

¿Cómo explicaría a un ciudadanos de a pie, hipotecado o en el paro, que hay que ayudar a los bancos?
Es una pregunta que, en todo caso, no es sencilla. Los bancos son entidades intermediadoras de recursos. Lo que hacen es transformar el ahorro privado en crédito, y yo creo que de su buen funcionamiento se asegura la fluidez en esa asignación, de ahorradores a inversores. Cualquier situación de problemas en una entidad financiera podría llegar a tener efectos de distorsión, y por eso es bueno ayudarles, también con créditos que luego se retornan, para el mantenimiento de su intermediación en el sistema.

¿Y qué opina sobre una posible modificación de la ley hipotecaria y de la dación en pago para saldar la deuda con el banco?
Creo que este no es un debate positivo en estos momentos. Por decirlo de algún modo, estamos a la mitad de un problema y no es bueno que cambiemos las reglas de funcionamiento. Ya existe la posibilidad, en la regulación actual, de dar un crédito con la sola garantía del inmueble, pero en ese escenario los créditos son sustancialmente más costosos que cuando se responde con el esfuerzo y la garantía personal del individuo que toma la operación. Estamos en un modelo de funcionamiento y no parece que sea positivo cambiarlo a mitad del camino, es un debate que se puede realizar más adelante, con sus pros y sus contras.

José María Ayala pronunciará una conferencia hoy jueves, a las 20 horas, en el salón de actos del Ateneu de Maó.