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Autoficha
Me llamo Juan Antonio Reurer Pons y tengo 44 años. Soy de Alaior, estoy casado y tengo dos hijos. Trabajo como reponedor en una empresa y también soy organizador del Concurso Floral de La Salle. Cuando tengo tiempo libre, me gusta ir a pasear al campo, ver a mi hijo jugar al fútbol y cooperar en diferentes actividades, sobre todo, relacionadas con el centro educativo.

Su familia siempre ha estado relacionada con La Salle.

Sí. Mi abuelo fue el presidente del primer patronato. Yo vivía cerca del centro, jugaba en el patio... He crecido viendo cómo mi familia se involucraba con La Salle.

De hecho, su padre inició el concurso floral hace 56 años. ¿Cuándo tomó usted el relevo?
De verlo siempre en casa, la verdad es que hacía años que ya colaboraba pero fue hace cuatro o cinco años cuando Isabel, la persona que se hacía cargo por aquellos entonces, me propuso ser el organizador. Nuestro grupo trabaja de un año para otro. Mañana inauguramos la 56 edición a las 19 horas en la Sala Polivalente de La Salle Alaior y la semana que viene ya estaremos planeando cómo será el año que viene. Hay que tener en cuenta que los premios consisten en pinturas y a los artistas no se les puede pedir sin tiempo por delante. Debo admitir que el concurso floral es el más difícil de organizar del mundo porque nunca sabemos qué nos van a traer. Es espontáneo y va en función de la colaboración de los vecinos. Y tanto a ellos como a las marcas comerciales que nos ayudan les quiero dar las gracias por colaborar.

¿Recuerda alguna anécdota?
Hace unos años, cuando el concurso todavía se hacía en aulas, nos trajeron un cactus que no cupo en el interior de la clase. Aquello me dejó impactado. También me hizo gracia ver el tipo de jurado que había hace 40 años, con un guardia civil, el alcalde... Todo está documentado. El año que hemos tenido más ejemplares contamos con 400.

¿Qué proyectos de futuro tiene en mente?
Me gustaría que mi mujer encontrara trabajo. Mis planes de futuro no son sólo para mí, son para todos. Trabajo como repartidor y cada día veo que falta alegría en los negocios. Cuanto más trabajo, más proyectos y felicidad para todos.