Nuevas posibilidades se abren para quienes trabajan en este rincón de la ciudad - Cris

TW
0

Poco después de las seis y media de la tarde el dique de Son Blanc está en plena ebullición. Barcos en el horizonte, gente que espera, operarios esforzándose en acondicionar el interior de la estación marítima y rematar el vial de acceso, habilitando el carril bici y concluyendo la pared seca, un autobús que llega para recoger a los pasajeros. Mientras, la calma se ha adueñado del puerto tradicional que se dispone a vivir un apacible atardecer.

"Ahora hay mucha más tranquilidad", reconoce Fel Marqués, un pescador que confiesa que sintió "mucha pena" cuando salió el último barco. "La despedida, con la bocina sonando tan fuerte, tanto rato fue impresionante", explica, antes de afirmar que "Ciutadella sale ganando" con este cambio. De igual parecer es otro pescador, Biel Gornés, quien valora la cantidad de espacio que ha dejado libre el tráfico comercial.

También en positivo se valoraba esta circunstancia en diferentes negocios del puerto, entre los que existe unanimidad total en los beneficios que puede tener una rada que recupera el tránsito condicionados, eso sí, a su pronta reordenación. "Lo que necesitamos ahora es que la ordenación sea rápida y puedan entrar el máximo de yates posible porque sino esto quedará bastante triste", comentaba Xisca Anglada, de Llonga's.

"Los pantalanes nuevos seguro que darán más vida al puerto. Hay mucha expectación", añadía Enzo Lanser, de Corallo. "Por supuesto que estamos a la espera de que se arregle el puerto, después de casi cien años volverá a tener tránsito, un puerto no es puerto si no tiene tránsito. A mí no me da ninguna lástima que los grandes buques se marchen", aseveraba Jesús Rodríguez, de Es Forat.

"Siempre que lo monten bien y empiecen a entrar barcos será positivo para los restaurantes, esto va a ser un buen empujón en una época de crisis como la que vivimos", opinaba Juan, de S'Arrosseria des Port, uno de los que lamentó la desaparición de los grandes buques. "Qué te voy a decir, han sido muchos años", apuntaba Juan, cuyo sentir compartían Rafael, del Bar Tritón.

Establecimientos como Virreina, Benestar, Jap o Mestral coincidían en que había "más movimiento con los barcos" y, sin embargo, opinaban que acabarán beneficiándose del dique de Son Blanc, entre otras razones porque están convencidos que éste contribuirá a la llegada de más turistas. Quien visite Ciutadella acabará en el puerto tradicional, sostienen, y estos visitantes se sumarán a los turistas náuticos, siempre que "se arreglen los amarres y rápido", reiteran.