Afluencia. Las calles del centro urbano de la ciudad se mostraban repletas de gente - Javier

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"¿A cuánto sale este bolso?" Y aunque el precio era de lo más apetecible para poner la mano en la cartera y hacérselo suyo, el artículo se quedó sobre el mostrador.

Muchos fueron quienes decidieron acercarse a por los escaparates justo el primer día de rebajas de la temporada estival e intentar hacerse con alguna prenda para lucir en verano. A pesar de ello, la primera sensación percibida entre los comerciantes no era la más satisfactoria. Para ellos, la temporada ha arrancado a medio gas. Y es que a pesar de que las calles y las tiendas arroparon una importante afluencia de gente no se cristalizó en la facturación.

"Hay mucha más gente que en días pasados pero sólo entran, miran, comparan y se van", explicaba ayer la responsable de una tienda de ropa del Carrer Nou.

Asimismo, el adelanto del periodo de descuentos que los pequeños comercios de la Isla afrontan con resignación por frustrar las ventas de uno de los períodos más rentables del año ante la llegada de los turistas, ha servido para que el cliente haya esperado a estas fechas para comprarse lo que necesitaba. "Vinieron hace un par de días a mirar lo que les hacía falta y hoy han vuelto a hacerse con el artículo", matizaba una dependienta del Carrer Ses Moreres.

Por otra parte, los empresarios consideran que la crisis sigue pasando factura, una situación que queda claramente plasmada en las compras. "Hace tres años un cliente se compraba en época de rebajas hasta tres pares de zapatos cuando ahora sólo se lleva uno y justo el que necesita", explica otra responsable de una tienda.

Respecto a los descuentos, los pequeños comercios han comenzado con la aplicación de entre el 20 y el 40 por ciento aunque en algunas prendas o artículos, pocos, han fijado rebajas de hasta el 50 por ciento.

Diferente se percibía ayer el ambiente en los grandes establecimientos comerciales con agresivos carteles de descuentos del 50 por ciento en todos los artículos. No había prenda en su sitio, ni las dependientas daban abasto a las peticiones de los clientes.

La encargada de uno de estos comercios aseguraba que "las ventas han empezado con muy bien pie" y añadía que "la gente se alborota cuando descubre que prendas que ya son asequibles sin aplicación de descuento se venden a la mitad de precio".

De desorientación hablaba otra dependienta del Carrer Nou. "Vivimos en un caos porque comienza el verano y ya hay rebajas y en agosto empieza a entrar el género de invierno".

Confusión que también pudo percibirse entre quienes ayer se paseaban por el centro comercial de la ciudad. Ana, de Fornells, aterrizó en Maó con unos familiares que visitaban la Isla y que aprovecharon para entrar en un par de tiendas para hacerse con algunos jerseys. Al ser preguntada por su percepción de las rebajas se dio cuenta de que ya habían empezado.