La mayoría de las fincas tiene hecho el trabajo al que se comprometieron y temen no cobrar - Archivo

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Las organizaciones agrarias de la Isla piden que el Contrato Agrario de la Reserva de la Biosfera (CARB) tenga continuidad. Los representantes del sector coinciden en destacar que se trata de un programa de compensaciones útil y que ha funcionado con buenos resultados para las fincas, y que más que una línea de ayudas, es una contrapartida por los trabajos a los que se comprometen las explotaciones agrarias para la custodia y gestión del territorio.

Los portavoces del sector abogan para que la Administración insular luche para conseguir financiación externa que permita mantener el CARB. El presidente de Unió de Pagesos, Manel Martí, afirma que "el Contrato Agrario debe seguir adelante, si no hay dinero hay que buscarlo, lo que no podemos permitir es tirar la toalla". Asegura que el CARB es un programa que es conocido en Madrid y en Europa y que debería buscarse el apoyo para mantenerlo si el Consell no dispone de los recursos.

Afirma que la preocupación de los payeses es no cobrar el trabajo hecho. Un extremo que también apunta el presidente de AGRENA, Pau Bosch. "Las fincas adheridas al CARB tienen unos compromisos, como plantar zulla, mantener acequias limpias o levantar 'enderrossalls', entre muchos otros. Son trabajos que la mayoría de las fincas han hecho porque se aprovecha el verano, cuando hay menos trabajo, para poder hacerlo. Después vienen a inspeccionar que se hayan cumplido los compromisos y a final de año solíamos cobrar. Entonces, si el CARB no tira adelante, se habrá hecho el trabajo sin cobrar".

Martí añade que el CARB es un programa empezado y que la Administración insular tiene el compromiso con las fincas.

Por su parte, Pau Bosch Moll, presidente de FAGME, también es partidario de mantener el programa. "Es una buena herramienta de apoyo a las explotaciones agrarias, si bien se tendrían que replantear los ejes de compensación para beneficiar a todo tipo de fincas". El representante de FAGME aboga por que el Consell "intente hacer el máximo posible, no sólo para mantener el CARB sino también otras líneas de ayuda. Lo mínimo es no perder lo que teníamos hasta ahora, de lo contrario daremos un paso atrás, y en estos momentos sería fatal para el campo".

El presidente de AGRAME, Guillermo de Olives, expresa lo que todos saben. "La clave del CARB es que haya dinero". Afirma que el Contrato Agrario de la Reserva de la Biosfera es un programa "interesante" y considera que "en estos momentos cualquier ayuda al campo es importante". De Olives opina con esperanza: "Puede que las líneas de compensación del CARB se retrasen por la situación económica, pero hay que pensar que las llegarán a pagar".

La realidad es que las explotaciones agrarias viven con preocupación la delicada situación económica de las administraciones que repercute en la incertidumbre sobre la continuidad del apoyo que recibían, en un momento en que los costes fijos de las fincas aumentan, mientras los precios de los productos, leche y carne, siguen siendo bajos. "Estamos pasando un momento muy crítico", señala el presidente de AGRENA.

"No sólo está el CARB, o el Proagro, también están pendientes las líneas del Plan de Desarrollo Rural, en las que los payeses han hecho inversiones para mejorar las boyeras, comprar un tractor o para adquirir nuevas ordeñadoras, entre otros. Se ha avanzado la inversión, pero después no viene la ayuda".

Las organizaciones agrarias confían en que los responsables de Agricultura convoquen una próxima reunión para informar directamente al sector sobre cómo están las cosas y a la situación a que tienen que atenerse.