entrevista. Xavier Trias, veraneante en Son Parc desde los años 80, durante su cita con el "Menorca" - Javier

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Entre abrazos de sus compañeros de partido, Convergència i Unió (CiU), y la pitada de algunos 'indignados' el pasado 1 de julio tomó posesión como alcalde de Barcelona Xavier Trias. El político nacionalista, que acaba de celebrar su 65 cumpleaños durante sus vacaciones en Menorca, protagonizó ayer el ciclo de tertulias de verano en Es Mercadal.

Médico de profesión, Trias fue conseller de Salud y de Presidencia de la Generalitat de Catalunya, con los gobiernos de Jordi Pujol (entre 1988 y 2000). Ahora asume la alcaldía de la segunda ciudad más poblada de España aunque, "con problemas comunes", aseguró, a los que tienen los ayuntamientos pequeños, que "reciben las presiones finales porque son los que están más próximos a la gente".

Ser el primer alcalde no socialista de Barcelona ¿le hace notar una responsabilidad especial?
Después de 32 años con el PSOE gobernando y al ser la primera ocasión en la que la alcaldía es de CiU sí, se genera una gran responsabilidad, de dar una buena respuesta a la gente, y además, nos toca gobernar en un momento muy difícil. Pero en 32 años las cosas se deterioran, se pierden ilusiones y la gente quiere un cambio. También creo que se consiguió la alcaldía por un cambio de actitud y la tozudez, con la presentación del mismo candidato.

¿Cómo se sintió al recibir abucheos de indignados y qué opina de este movimiento?
Bueno, había treinta personas, no era representativo, pero sí había muchas otras personas reuniéndose en la Plaça Catalunya, enfadadas con la situación que se da. Creo que es un movimiento al que uno tiene que estar atento, porque hay gente que lo pasa muy mal, con 105.000 parados en Barcelona, poca broma. Personas que están en el paro, pierden el piso y tienen que seguir pagando la hipoteca. Luego también hay indignados conceptualmente, que creen que las cosas no van cómo deberían. Es un error estar indignado y no mojarte, no ayudar a construir, a través de entidades o partidos. Tenemos que ser capaces de lanzar un mensaje a toda esta gente, vamos a construir, porque destruir es fácil.

¿Cree que el movimiento del 15-M tendrá recorrido?
Si se separa de la gente agresiva, anárquica y antisistema sí. Si la gente del movimiento 15-M que lucha por un mundo mejor se desvincula de esos grupo puede tener recorrido, si no será un desastre, lo estamos viendo estos días en Londres.

En Balears la Administración está afrontando una dura situación económica y de falta de liquidez ¿Cómo se ha encontrado usted las cuentas?
La Generalitat está en una situación de desastre, lo que ha hecho el tripartito ha sido demencial, en un año se generó una deuda de 7.500 millones de euros. La situación es complicada, y Artur Mas (el presidente catalán) está obligado a tomar decisiones impopulares, para evitar que el país entre en quiebra. En el Ayuntamiento de Barcelona es diferente, la situación no es muy mala, con una deuda de 700 millones de euros sobre un presupuesto de 2.700 millones. Lo que ocurre es que pasas de deber 700 millones a 1.400 en un año y medio, porque el Estado te asegura unos ingresos pero al hacer las liquidaciones nos toca devolver dinero, y eso nos obliga a aumentar el endeudamiento. Debemos realizar una labor de contención del gasto.

¿Supone eso que algunas promesas electorales se quedarán por el camino?
Yo ya sabía que lo primero que habría que hacer es contener el gasto, de lo contrario se compromete el futuro de nuestros hijos. Habrá que cambiar cosas, proyectos como el zoo marino requerirán inversión privada. En cuestiones como las prestaciones sociales la situación es difícil porque se necesitan más, y las que se dan no son suficientes. Tenemos un Estado que elabora una Ley de Dependencia pero no ha puesto el dinero, y ahora los ayuntamientos van de bólido. No tendremos más dinero, así que habrá que priorizar el gasto en los asuntos sociales, y no en otros.

Tengo entendido que desea reunirse con el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, y colaborar en cuestiones de financiación.
Todo nació de una llamada del alcalde de Madrid, dándome las gracias por mi apoyo a la candidatura a los Juegos Olímpicos. Es lógico que la ciudad de Barcelona lo apoye y fue muy amable por su parte que me llamara, quedamos en que nos veríamos. Hay temas en los que las dos ciudades competimos, pero también es verdad que tenemos problemas comunes. Ellos tienen una situación especial, por ser la capital, y nosotros tenemos una carta municipal que nos permite negociar temas económicos con el Estado, y hay puntos en los que podemos coincidir.

¿Por qué CiU quiere que se adelanten aún más las elecciones generales?
Porque el país está fatal, el Gobierno ha perdido toda la autoridad y toda la fuerza, así que cuanto más pronto se celebren mejor. El Gobierno está desnortado y esto es un padecer, se necesita un Gobierno fuerte, así que cuanto más deprisa, mejor.

¿Y qué le parece la última propuesta del candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, de moderar los salarios y los beneficios de las empresas para crear empleo?
En los salarios ya hay una contención. Los primeros que pagan las crisis son los asalariados y ésta ya la están pagando, con congelaciones y recortes. Lo que sorprende, en una situación de crisis económica y financiera, son las noticias de que en grandes corporaciones privadas se suben el sueldo de una manera escandalosa. Esas noticias crean desmoralización y generan indignados, y con razón.

¿Ve usted una salida a esta recesión? ¿Tendrá que haber un rescate de la Unión Europea en España?
Yo soy médico, y lo que creo es que hay un gran desconcierto, porque cuando llega un enfermo a un hospital, y está en estado de shock, muy mal, lo primero que se hace es recuperar sus constantes para realizar un diagnóstico. Pero aquí en tres años no han conseguido estabilizar al enfermo. Yo creo que de esto sólo se sale trabajando mucho, y no con filosofías anteriores de especulación, sino trabajando, trabajando y trabajando, como en todos los países que están superando la crisis. Trabajando mucho, pero también garantizando que lo hacen todos, y no unos sí y otros miran. Ahora, o se genera riqueza y salen empresas nuevas o esto será un desastre. Debe haber esa capacidad de creación, con empresarios decididos a apostar sus recursos, o no funcionará.