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Me llamo Gaynor, tengo 37 años, estoy soltera y tengo un hijo, Zacarías, de ocho años. Nací en Manchester aunque me siento más menorquina que inglesa puesto que resido en la Isla, en Alaior, desde los doce años. Soy empresaria, regento una empresa de limpieza y una tienda de cosmética natural e infusiones. Aunque no tengo demasiado tiempo para las aficiones, me encanta el deporte como solución contra el estrés.

Dice que se siente más menorquina que inglesa. ¿Qué llevó a su familia a trasladarse a la Isla?
Mis padres decidieron venir a Menorca para garantizarse una vida mejor. Yo tenía doce años, por lo tanto, hace 25 que vivo en Menorca, más años de los que pasé en Manchester. Y aquí me he quedado. La verdad es que cuando visito Inglaterra me siento como una extraña.

Usted ha contratado a unos cientos de podólogos muy naturales, ¿verdad?
Sí, los peces garra rufa. Los vi en Inglaterra y dije que esto podía funcionar. Succionan las células muertas de la epidermis sin tocar la dermis. Los resultados se ven en un par de sesiones.

Cuéntenos la historia de estos peces.
Fue en Turquía, en las aguas calientes de Kargal cuando la gente descubrió que cuando se metía en el agua los peces empezaban a comerse la piel y se curaban de algunos problemas cutáneos.

Además de mejorar el tacto y suavizar la piel, ¿qué beneficios cutáneos proporcionan?
Mejoran la soriasis, eccemas, durezas y acné, entre otros.

¿El tanque debe tener unas características concretas para que funcione el tratamiento?
Sí, dispongo de un tanque con 200 peces que es la cantidad que se calcula que se necesita para que la sesión funcione. Hay que recordar que son peces de unos cinco centímetros y no tienen dientes.

¿Cómo reacciona la gente cuando pone los pies entre tanto pez?
Hay de todo. Hay gente que empieza a chillar, otros que dicen que les hacen cosquillas y hay a quienes les da un poco de miedo. Generalmente hago que primero pongan la mano para que luego no se asusten.

Es un tratamiento natural bastante desconocido, ¿verdad?
Empieza a entrar. La verdad es que sí que es bastante desconocido en la Isla. Hay algunos centros de belleza que ofrecen el tratamiento pero no es algo generalizado.