Francisca Ferres Fernández - P.F.F.

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Autoficha
Me llamo Francisca Ferres Fernández y nací en Córdoba hace 52 años. Vivo en Maó desde hace doce años y trabajo en el servicio de limpieza de playas aunque también soy profesora de flamenco y baile español en la escuela de Ute Dahl. Tengo poco tiempo libre pero cuando dispongo de él me gusta estar en contacto con la naturaleza, la poesía, escuchar música, el cine y la interpretación. Este sábado inauguro, junto a mi hermana, un estudio de baile en Maó.


¿Qué le llevó a instalarse en la Isla?

Descubro Menorca a través del baile. Ute Dahl me contrató para dar clases en su escuela y aquí encontré la serenidad que iba buscando. Me di cuenta de que el flamenco apenas tenía presencia y pensé que sería un reto poder mostrar en qué consiste el verdadero flamenco, sin estereotipos. Por otro lado y gracias a una amiga, encontré trabajo en el servicio de limpieza de playas durante el verano. Es una labor al aire libre con la que estoy muy a gusto.

¿Cuándo y cómo se adentra en el mundo del flamenco?

Es algo que me ha gustado toda mi vida. En el colegio ya bailaba. Recuerdo que mis padres no tenían suficientes recursos y eran los profesores quienes me echaban una mano para hacerme con material para bailar. Una vecina, que tenía una escuela de baile, me vio bailar en la calle y me ofreció clases gratuitas. Me enseñó la rama del clásico y me guió. También hice la carrera de danza española en el Conservatorio y, posteriormente, tuve mi propio centro durante quince años. Me interesé por el mundo del espectáculo y estuve viajando por toda la Península, Europa y América.

En otros países, el flamenco está muy considerado.

Así es. Creo que fuera gusta más que aquí, que es como si ya lo tuviéramos muy visto y no lo apreciamos tanto. En otros lugares te hacen recepciones y se interesan por el artista, quieren saber de él.

Luego estuvo actuando junto a Rafael Amargo y dando cursos fuera de la Isla.

Sí, lo que pasa es que debía decidir si daba el paso y me quedaba aquí o seguía viajando. Al final, me decanté por la Isla y seguir con Ute Dahl. Vimos que podíamos ir más allá en la enseñanza del flamenco y buscamos un local en el que poder zapatear. Así es como nace el proyecto de esta escuela que inauguramos mi hermana Amparo y yo este sábado, a las 19 horas, en Maó. El curso empezará el día 15 y nosotras nos ocuparemos de impartir esa rama.

¿Más proyectos de futuro?

Mi intención es que la gente conozca el flamenco real. Queremos realizar espectáculos, traer a grandes figuras... Mostrar la línea de baile que mi hermana y yo hemos llevado durante todo este tiempo. Cuando algo no se conoce, se confunde, por eso queremos que se eliminen los prejuicios y los tópicos.