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Autoficha
Me llamo Herman Spencer, tengo 35 años, nací en Noruega y vine a vivir a Menorca en el año 2000. Trabajo como cliente misterioso, que consiste en ir a las tiendas que me piden para comprobar si los trabajadores atienden bien a los clientes y cumplen con sus funciones. Cuando tengo tiempo libre, me gusta practicar deporte, la fotografía, escuchar rock de los 90 y estar con mis animales.

¿Qué lleva a un noruego a instalarse en la Isla?
Pues fue por una apuesta medio en broma. Tengo unos amigos que estuvieron viviendo en Menorca durante dos años pero se fueron porque decían que la Isla era algo aburrida en invierno. Un día, hablando con ellos, me dijeron que yo no aguantaría entre tanta tranquilidad. Por aquellos entonces yo buscaba un cambio de aires, me apetecía vivir en otro lugar con menos frío, así que cogí mis cosas y me planté en la Isla. Mis amigos no se lo podían creer.

De eso hace ya once años. ¿Cómo se ha adaptado al cambio?
Bien, lo que pasa es que necesito salir de viaje a menudo porque si no me agobio un poco. Como todos los sitios, Menorca tiene ventajas pero también tiene sus inconvenientes y hay que admitir que en invierno es mejor tener actividades. Cuando llegué, no tuve problemas de trabajo porque poseo una empresa online, así que puedo trabajar con mi ordenador desde cualquier parte del mundo, a la hora que me apetezca.

Además, trabaja como cliente misterioso, también llamado indiscreto. ¿En qué consiste?
Llevo haciéndolo desde hace ocho años. Hay empresarios que quieren saber si los trabajadores que han contratado para su negocio tratan bien a los clientes, si abren o cierran a la hora... Básicamente, si hacen su trabajo correctamente. Es cuando me contratan para que me haga pasar por cliente y compruebe estas cuestiones. Después, relleno unos informes y se los paso al empresario para que sepa cómo está el panorama.

¿Es éste un servicio que se pida mucho en Menorca?
Bastante. He ido a concesionarios de coches, peluquerías, tiendas de ropa... incluso a una pescadería. A veces me piden que vaya cuando faltan cinco minutos para cerrar o a veces me piden que sea un poco borde, para ver cómo reaccionan los trabajadores.

¿Y cuáles serían las conclusiones que sacaría de la atención al cliente en Menorca?
Hay algunas cosas que mejorar. He visto que hay muchos establecimientos que cierran antes de la hora que toca, que hay dependientas que no dicen hola ni adiós, que algunos trabajadores no te atienden en los comercios... aunque, por otro lado, también hay personal que me ha tratado de forma excepcional. ¿Lo mejor? Que eso luego llega a oídos del jefe.