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La celebración del Festival Internacional de Jazz de Menorca, que en 2012 alcanzaría su edición número catorce, pende de un hilo. Así lo reconocían ayer Ignasi Mascaró, presidente de la entidad organizadora, Jazz Obert, en compañía de otros dos miembros de la junta directiva, Isaac Melis y Bernat Casasnovas. Según explicaron, la entidad cultural tiene pendiente de cobro de diferentes administraciones (Ayuntamiento de Ciutadella, Consell insular y Dirección General de Cultura del Govern) un total de 46.400 euros en concepto de subvenciones, en el caso del Govern correspondientes incluso a 2010.

Así las cosas, Mascaró reconoce que la nueva edición de un festival pasa por pagar el que se clausuró el pasado 4 de junio, cuyo dinero han tenido que obtener a través de una póliza de crédito para sufragar el caché de los artistas. Por otra parte, también es necesario un compromiso de continuidad en subvenciones futuras, algo bastante difícil en los tiempos de recorte económico actuales. Los contactos con el Ayuntamiento no se ha traducido aún en señales positivas, mientras que en el caso del Consell se ha solicitado, junto a otras entidades culturales que organizan eventos similares, una reunión "que no acaba de llegar", apunta Mascaró.

No obstante, desde Jazz Obert se quiere dejar constancia de que la entidad es consciente de que en tiempos de crisis hay otras prioridades, y reconocen que es "evidente" que el dinero que se le adeuda a Caritas o la Fundació per Persones amb Discapacitat es "primordial". Sin embargo, Mascaró cree necesario recordar que "la cultura es más que decoración; son inversiones a largo plazo en la formación y la alegría de un pueblo". El presidente de Jazz Obert también pide que "las administraciones sean conscientes de que cuando les interesa se llenan la boca de cultura".

Límite, 31 de diciembre
Los organizadores han fijado como fecha límite para tomar una decisión el 31 de diciembre. Pero de momento, la cosa está parada. Aún no se ha empezado a trabajar en la programación y se ha decidido suspender el concierto tradicional de otoño. Por otra parte, tampoco se ha convocado el concurso de carteles. La junta directiva de Jazz Obert considera que se han de dar las condiciones para poder hacer "un festival mínimamente digno". "Tenemos en peligro un festival que ha costado mucho levantar y que ha alcanzado un nivel altísimo", reconoce Mascaró, quien tiene la intuición de que un paréntesis en la celebración del evento tendría un efecto muy negativo.

Lo que sí está garantizado es que la asociación Jazz Obert, que actualmente cuenta con un centenar de socios, tiene "voluntad de sobrevivir" y seguirá programando otras actividades más modestas si no puede seguir adelante un festival que, tal y como reconoce Mascaró, dadas las circunstancias, "es muy difícil que alcance el nivel de años anteriores". Para finalizar, apunta que el "Menorca Jazz" ha sobrevivido todos estos años gracias a una filosofía de "austeridad" y al voluntariado de sus socios.

Paradójicamente, los problemas para la continuidad de la muestra musical han aparecido pocos meses después de que el Consell pusiera en marcha la plataforma Festimusic para promocionar como reclamo turismo los tres principales festivales menorquines.