Hospital. A las puertas del centro sanitario, los usuarios pidieron que no se apliquen recortes - Archivo

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El mantenimiento del actual sistema público de salud, que genera un gasto millonario; las dificultades que tienen las autonomías para afrontar la deuda sanitaria -con consecuencias como el impago de los traslados de enfermos en Balears y la abultada factura pendiente con las farmacias-; y el temor creciente entre la población a que se avance hacia la privatización y el cobro de los servicios son cuestiones que centran buena parte del debate de campaña. Ningún partido osa de momento decir que la sanidad dejará de ser gratuita y universal.

El PSOE rechaza el copago sanitario por conducir a la desigualdad.

El PSOE recuerda en su programa que el sistema sanitario actual, financiado a través de impuestos, nació con la Ley General de Sanidad de 1986, impulsada por los socialistas, quienes defienden que la salud es un factor clave para la igualdad. Entre sus propuestas están: rechazo al copago sanitario; establecimiento de un catálogo de prestaciones garantizadas en todo el territorio nacional; impulsar estrategias de coordinación entre el sector social y el sanitario, para mejorar la atención de pacientes crónicos; aumento de los impuestos sobre el tabaco y algunas bebidas alcohólicas para aumentar ingresos; mejorar el sistema de cobros del Sistema de Salud a terceros y eliminación de beneficios fiscales del Impuesto sobre las Primas de Seguros de Asistencia y Enfermedad; creación de una Agencia del Sistema Sanitario para cooperar con las comunidades autónomas; y garantizar que éstas destinen, en la próxima legislatura, 3.000 millones de euros anuales, procedentes de la mejora del sistema de financiación, al pago de su deuda sanitaria.

El PP promete reformas para que el sistema sea eficiente y sostenible.

El PP garantiza en su programa su compromiso con una sanidad pública de calidad, accesible en condiciones de igualdad a todos los españoles. Además, afirma que promoverá un programa de reformas que haga el sistema sanitario más eficiente y asegure su sostenibilidad. Una equivocada política económica ha privado de ingresos, según el PP, a los servicios básicos, y se han sembrado dudas sobre la sostenibilidad del actual Estado del Bienestar. Dudas incrementadas por la ausencia de reformas estructurales de los servicios públicos que, como han hecho otros muchos países europeos, garanticen esas prestaciones para futuras generaciones, afirma el PP. Entre las promesas electorales figura modernizar dicho Estado del Bienestar sin perder su espíritu solidario, con el ciudadano como el principal agente de la modernización de sus servicios públicos. Un usuario con responsabilidad directa en la conformación de los servicios públicos mediante su libre elección.

IU plantea la reforma del fondo de cohesión sanitaria.

La salud es un derecho y no una mercancía, reza el programa electoral de Izquierda Unida (IU), una formación que defiende el carácter público del Sistema Nacional de Salud, sin "híbridos- mixtos" ni fórmulas orientadas hacia el beneficio del mercado. Entre sus propuestas: igualar el gasto sanitario en las autonomías; rechazo del copago; reforma del Fondo de Cohesión Sanitaria potenciando su financiación e introduciendo parte con carácter finalista; establecer una norma común de garantía de tiempos máximos de acceso al SNS, un calendario vacunal único y extensión de la historia clínica digital común

PSM-EQUO propone limitar el pluriempleo de los médicos.

La coalición apuesta por la sanidad pública y por mejorar tanto la atención primaria como urgencias, para optimizar la hospitalización, una de las facturas más caras de la sanidad, asegura en su programa. Entre las propuestas: potenciar la medicina preventiva, limitar el pluriempleo de los médicos en la sanidad pública y privada, para evitar la derivación de pacientes; y revisar los acuerdos con las mutualidades.