Ciutadella. El Govern asumirá en un primer momento la gestión de los nuevos amarres y se decanta por la empresa privada en el futuro - Gemma Andreu

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"El puerto no es de Ciutadella, el puerto es Ciutadella". Con estas palabras expresa Josep Caules, presidente de la Cofradía de Pescadores de Ciutadella, el sentir de quienes han crecido personal y profesionalmente en "baixamar". Caules fue una de las 15 personas que asistió ayer en la Estación Marítima del dique de Son Blanc a una reunión con Antonio Deudero, convocada a petición de los diferentes usuarios del puerto viejo de Ciutadella, a fin de clarificar las dudas que han surgido en torno a su ordenación.

Caules demoraba una valoración más exhaustiva del encuentro a un momento posterior. "Nosotros y el resto de representantes presentes, no pudieron asistir los del Club Nàutic de Ciutadella y de las Estaciones Náuticas, tendremos que debatir con los miembros de nuestras entidades lo que se nos ha comunicado hoy pero ha estado bien saber de primera mano cuáles son las intenciones del Govern", reconocía el presidente de la Cofradía.

Y las intenciones a futuro no son otras que promover la gestión privada - "indirecta" en palabras de Deudero- del puerto de Ciutadella, lo que en una lectura rápida supone dejar de lado otras opciones como la gestión directa o la municipalización que se han barajado en las últimas semanas y avanzar en una concepción más "mercantilista" y menos "romántica" de la que defienden la mayoría de usuarios del puerto viejo ciutadellenc.

La amabilidad y el trato cordial que el director de Puertos y Aeropuertos de Balears dispensó a los asistentes entre los que se encontraba el alcalde José María de Sintas Zaforteza (quien medió para que Deudero atendiera personalmente a los usuarios de puerto viejo), no fue óbice para que quedaran bien claras las premisas con las que el Govern aborda el futuro de la gestión portuaria autonómica, un extremo en el que coincidían tanto Caules como De Sintas.

El criterio económico guiará las decisiones del Ejecutivo de José Ramón Bauzá. La acuciante falta de liquidez que sufre la tesorería balear (y el alto nivel de endeudamiento) aconseja la gestión indirecta sin perjuicio de que en la fórmula para seleccionar al eventual contratista se intente tener en cuenta criterios de carácter más o menos social. La aparente puerta abierta que dejó Deudero, tiene sus "peros", tal y como constataban Caules y, sobre todo, De Sintas.

Uno es la voluntad de Ports de les Illes Balears abordar la gestión de una decena de puertos de su competencia- entre los que se incluiría el de Ciutadella- de forma conjunta, en un "pack", lo que supone implícitamente que sólo empresas muy potentes estarían en condiciones de participar en la licitación.

El segundo "pero" se relacionaría con la pretensión de incluir en las bases de la licitación requisitos que primasen entidades sin ánimo de lucro- algo que está recogido en la legislación estatal de manera expresa- y que pudiera allanar el camino al Club Nàutic, única entidad que ha expresado públicamente su interés por gestionar los nuevos amarres.

"Han dicho que lo intentarían respetar pero yo esto lo veo muy difícil", reconocía el alcalde. Tan difícil que, sin explicitarlo, provoca un rechazo frontal entre la mayoría de usuarios del puerto. "Nosotros apostamos por una gestión pública cien por cien. El puerto no es deficitario y con los nuevos amarres podría ser muy beneficioso. Sólo así se podría mantener el equilibrio entre los distintos usuarios que existe en la actualidad y las características que hacen del puerto de Ciutadella algo singular. Lo más coherente es que esto no se mire como un negocio", argumentaba Caules.

Y con el corazón en la mano, el alcalde está con Ciutadella y su puerto viejo, pero no se llama a engaño. "No nos gustaría que pasara como en Maó y el puerto viejo no es un puerto habitual, no es como un puerto deportivo y Deudero lo entiende, pero Ports tiene una deuda de diez millones de euros y el Govern de seis mil y el vicepresidente económico ha sido muy claro, apuesta por la gestión indirecta porque necesita dinero, y aunque afirman que no darán ningún paso sin consultar, la decisión la acabarán tomando ellos", explicó un realista De Sintas.