TW
0

El dique de Ciutadella está sufriendo con el temporal de viento y olas que está azotando estos días la costa menorquina, como lo demuestra la noche "terrorífica" que ha sufrido la compañía Iscomar con su buque Nura Nova, que quedó encerrado en el puerto exterior por culpa de las condiciones meteorológicas adversas.

El responsable de la naviera en la Isla, José Ignacio Seguí Chinchilla, se mostraba ayer indignado después que la tripulación del buque tuviera que permanecer a bordo, con el barco amarrado, para velar por su seguridad. "La función de un puerto es servir de abrigo para las embarcaciones cuando hay temporal en la mar, y lo que hemos pasado esta noche ha sido horrible. Hemos sufrido mucho, se han roto nueve cabos y hemos tenido que estar cuatro horas con las máquinas en marcha" para mantener el barco en su sitio. "La tripulación ha estado despierta toda la noche, lo han pasado fatal", asegura crispado.

Responsabilidades
Seguí Chinchilla recuerda que "se ha gastado una fortuna, 120 millones de euros, y esto no puede ser. Se contrató al mejor despacho ingeniero de España, y hay que pedir responsabilidades", indica contrariado. "El capitán está indignado, hemos tenido que echar el ancla, es un desastre, este puerto no da garantías de nada cuando soplan vientos de noroeste (mestral), lebeche (llebeig) y de poniente. Hay que pedir responsabilidades". E ironiza, "y dicen que van a solucionar los problemas con más personal, no se lo están tomando en serio, esto es muy grave", dice.

Sin garantías
Además, una vez reabierto el puerto, el Nura Nova inició la carga de su pasaje. "Pero cuando habíamos cargado sólo cinco coches y dos camiones, se han movido las plataformas de carga y el capitán ha tenido que cerrar para abandonar el muelle de levante para seguir cargando en el de poniente". El barco pudo salir ayer a las 17.20 horas.