Quesería. Algunos de los trabajadores que ayer recogieron en la propia planta la escritura notarial de sus acciones - Gemma Andreu

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Los empleados de Quesería Menorquina ya son formalmente accionistas de la fábrica donde trabajan. Uno a uno, recogieron ayer en la propia planta la escritura notarial de compraventa de sus participaciones, lo que les convierte en propietarios de una parte de la empresa.

Tras constituirse en sociedad laboral el pasado verano, con un capital social de 1,7 millones de euros, tres directivos de la empresa adquirieron el 51 por ciento de las acciones, y el 49 restante quedó en manos de 173 trabajadores. Ayer todos y cada uno de los empleados de Quesería tuvieron la constatación notarial a su nombre de que ya son copropietarios de la fábrica.

"Hasta ayer sabíamos verbalmente que teníamos una parte de la fábrica, ahora tenemos la escritura notarial que demuestra las participaciones que tiene cada uno", explicó la secretaria general del Comité de Empresa, Margot Sastre. Y de momento, aclaró, los trabajadores sólo han desembolsado alrededor de 160 euros cada uno para cubrir los gastos iniciales de tramitación (asesoramiento jurídico, fiscal y económico) de la creación de la sociedad laboral.

La representante sindical comentó que, a pesar de este nuevo paso dado por la plantilla, los trabajadores no se sienten empresarios ni propietarios de Quesería Menorquina. "Durante este tiempo se ha demostrado que se sienten responsables a la hora de buscar una salida", matizó el presidente del Comité de Empresa, Antonio Olives.

Por otra parte, el titular de Juzgado de lo Mercantil número 2 de Palma ha autorizado la prórroga del Expendiente de Regulación de Empleo (ERE) temporal que venció el pasado 9 de diciembre y se amplía otros 180 días, unos seis meses más. El expediente afecta prácticamente a la totalidad de la plantilla, sólo 20 de los 173 trabajadores quedan exentos. Actualmente, la factoría apenas tiene actividad, tan sólo se trabaja en pedidos puntuales y la próxima semana la fábrica permanecerá cerrada con motivo de las fiestas navideñas. "Desde que Kraft dijo que se marchaba llevamos tres años luchando. Ahora vivimos un ERE, la gente está en el paro, son momentos duros, pero somos positivos", reflexionó Sastre. "Los trabajadores viven con incertidumbre la situación, pero convencidos de que los pasos dados con la compraventa eran necesarios. Están esperanzados", añadió.