posibilidades. La mayoría de establecimientos de la famosa cuesta de ocio nocturno del puerto de Maó está esperando arrendatario - Elena

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El ocio nocturno de Maó, y en general el de toda la Isla, ya no es lo que era. Al menos, eso es lo que afirma la mayoría de encuestados de entre 25 y 45 años. Sea por la crisis, por los controles de alcoholemia, por los precios que ponen los bares, o por la cantidad de cierres de locales que se han ido sucediendo a lo largo de estos últimos diez años, el caso es que el ambiente ha decaído.

Dando un paseo por Maó, podemos apreciar la cantidad de establecimientos dedicados tiempo atrás al ocio nocturno que todavía continúan cerrados, sin que nadie se atreva a volver a ponerlos en marcha. Espacios que, en su día, funcionaban con éxito y que actualmente se deterioran con el paso del tiempo.

Pero, ¿cómo se llega a esta situación? Las opiniones soy muy diversas. Mientras algunos propietarios comentan que los vecinos suelen quejarse a menudo y a veces sin motivo aparente (lo que lleva a las denuncias y demás problemas burocráticos), otros aseguran que, cuando han llegado años más flojos, los dueños de los locales mantienen los precios de alquiler muy altos y, de esta manera, jamás salen las cuentas.

También se apunta a que las administraciones no facilitan que los establecimientos nocturnos puedan montar terrazas u organizar actuaciones musicales o fiestas.

Tal como explica uno de los gerentes de un bar en el puerto de Maó, "el local es de mi propiedad y estaba cerrado. Pensé que había que montar algo y, la verdad, costó un poco. No nos podemos quejar con la acogida que hemos tenido cuando abrimos hace unos meses pero es cierto que el ambiente está flojo".

Según el gerente, el gran problema que existe en Menorca es el 'exceso' de controles de alcoholemia los fines de semana. "Muchas personas viven fuera de lo que es Maó y, como no hay transporte público, tienen que coger el coche. Los controles frenan mucho a la hora se salir. No te vas a pasar la noche bebiendo aguas", dice.

Por otro lado, los encuestados coinciden en que la oferta de locales para la franja de mediana edad no está cubierta y afirman que el ambiente de años atrás era mucho mejor. Sobre esta observación, el propietario de un bar de copas de Maó opina que los ciudadanos de esa edad ya no salen tanto porque se casan y tienen hijos, aunque admite que, precisamente por eso, hay que ser innovador y montar actividades originales en locales que gusten.

De hecho, desde hace algún tiempo, hay nuevos espacios en Maó que destacan por la novedad. Desde el que aplica el concepto 'chill out' a los que se especializan en cócteles, montan bonitas terrazas, y contratan a monologuistas o cuentacuentos.
aquellos olvidados

Muchas de las personas preguntadas comentaron que falta variedad. Y, a pesar de que siempre estará presente el debate de si "esto pasa porque la gente no sale o la gente no sale porque no hay donde ir", buena parte aseguraba que hay espacios cerrados que podrían utilizarse para montar locales espectaculares.

Uno de ellos, por poner un ejemplo, es el Cine Victoria. "Qué pena que se esté cayendo a trozos. Imagina un bar con escenario, como si fuera un teatro antiguo, donde organizar bailes, fiestas, .... Sería un éxito seguro", decía María, de 42 años.

"Es triste ver los carteles de 'Se vende' o 'Se alquila' en los locales del puerto de Maó, donde he pasado tantos y tan buenos momentos. Y, ¿qué me dices de Pachá en Sant Lluís?", manifestaba Pedro, de 35 años, quien asegura que, aunque son estos de ahora tiempos difíciles, habría negocios que triunfarían seguro "con solo tener buenas ideas".

Y es que, tal como está el panorama, más de uno querría que se volvieran a abrir aquellos bares en los que se vivió, según dicen, el mejor ambiente que se recuerda en la Isla.