testigos. El doctor Quadrado, Lucía, hermana menor de Mateu Seguí, Josep Maria Quintana y Bosco Marquès, ayer, en el Ateneu - Archivo

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El Ateneu de Maó ha conseguido despertar emociones con la inauguración de su ciclo dedicado a personajes que han dejado huella en la historia local. La figura del doctor Mateu Seguí se descubrió ayer desde distintos prismas, para definir una personalidad clave en los 60 y 70, la de un doctor que mejoró la sanidad, un periodista comprometido con las causas menorquinas, un hombre que daba testimonio de su fe y un político que alentó los primeros años de la democracia desde UCD.

En el acto de ayer, Josep Maria Quintana, escritor y yerno de Mateu Seguí, dibujó su perfil para dar paso después a la hermana menor del homenajeado, Lucía Seguí. Formaban parte de una familia de nueve hermanos, feliz hasta la Guerra Civil, cuando su padre, que era farmacéutico, y varios familiares, después de estar presos en el "Atlante", fueron asesinados. Entonces Mateu, ya médico, ejerció de hermano mayor. Se casó con Carmen Puntas, una de las primeras analistas del Hospital, con quien tuvo 10 hijos y 16 nietos. Lucía Seguí le describió así: "Apasionado y tolerante a la vez, de convicciones y principios, conciliador y compasivo, sensible con los más débiles".

El doctor Quadrado compartió con él muchos momentos en el Hospital, del que llegó a ser director "por un sermón que me dio Mateu Seguí". Recordó su carácter de líder y le atribuyó importantes mejoras de la sanidad, como la atención extrahospitalaria, la organización de las especialidades, la escuela de madres, y el diseño de un mapa sanitario de Menorca que todavía se mantiene. Francisco Quadrado recordó y lamentó como los políticos de una determinada etapa de cambio arrinconaron al doctor Seguí de una forma injusta.

Bosco Marquès, exdirector del diario "Menorca", recordó a Mateu Seguí con sus tijeras con las que recortaba noticias de los diarios que se apilaban a su alrededor. Le definió como el director "ideólogo y espiritual", con una voluntad firme de defender los intereses menorquines. Esa actitud, como recordó ayer Francisco Tutzó, combinada con el temperamento del doctor hicieron que en la negociación del Estatut de Autonomía "la política menorquina fuera reconocida y tuviera peso en Palma".

Josep Maria Quintana, al final del acto, destacó dos aspectos. El de la fe y la transformación que significó para él el Concilio Vaticano II, con una idea básica: actuar a la luz del Evangelio interpretando los signos de cada tiempo. Y la política, con la fundación de UCD. Al final explicó una historia de impacto: Mateu Seguí declaró en el juicio contra uno de los posibles autores de la muerte de su padre, Luis Aniceto del Alba. El acta de su comparecencia en el juicio recoge sus palabras de perdón a quien tanto dañó causó a él y a su familia. Temperamento y bondad.