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Autoficha. Me llamo Juanma Gauchía Nicolás, tengo 51 años, y nací en Barcelona. Hace cinco años que vivo en Menorca y, aunque he cambiado de casa en numerosas ocasiones, actualmente resido en Alaior. Soy estilista y encargado de una academia de peluquería en Maó, donde también soy profesor. Apenas tengo tiempo libre pero, si dispongo de él, me gustan los deportes y la pesca.

¿Cómo ha sido su trayectoria en el mundo de la peluquería?
Llevo en él unos 35 años. Empecé cuando tenía 19 y es algo que viene de familia. Estudié en una academia de Barcelona y cuando acabé adquirí mi propio local, donde contaba con cinco empleados. Llegó un momento en el que quise cambiar de aire por cuestiones personales y porque conocí a una chica de Palma que quería volver a la Isla. Allí nos fuimos los dos. Empecé en una academia siendo profesor.

¿Qué recuerda de aquella etapa?
No se me daba nada mal, fue una experiencia muy positiva. Lo que más me gusta de ser profesor es el trato con la gente, que te permite ser un poco psicólogo. Me cuesta ver el lado negativo de mi trabajo. Lo único, los roces que a veces pueden producirse con los alumnos, que son jóvenes e inquietos, aunque nada que no se resuelva y vuelva a su cauce.

Y de una isla saltó a la otra.
Si. Me ofrecieron la posibilidad de venir a la academia de Maó. Fue un cambio radical, la verdad. Pasar de una ciudad grande a tanta tranquilidad choca un poco pero bueno, fue fácil. Me amoldé rápido a las maneras y costumbres menorquinas.

La academia ha cambiado de dirección, abre una nueva etapa.
Así es. Yo estaba antes y sigo ahora. Me siento muy responsable cuando se trata del trabajo y soy incapaz de dejar que alguien se vaya del establecimiento sin estar contento. Estoy contento con la nueva dirección. Creo que cuando alguien se hace con un negocio debe estar en él y vigilarlo para que las cosas funcionen como deben.

¿Cuáles son sus planes de futuro?
Siempre he tenido la espinita clavada de poder llevar a cabo un pase con tocados de fantasía, con luces, agua... No sé cuándo, pero sé que lo haré. Por otro lado, tengo claro que quiero seguir peinando. Tengo la suerte de poder trabajar en lo que me gusta y no lo cambiaría. Nada como ver a una persona feliz con su nuevo look.