Traslado. Las oficinas de la Fundació, ahora en la calle Josep Maria Quadrado, se trasladarán a la antigua sede del Consell insular - Gemma Andreu

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Garantizar la viabilidad de la Fundació Destí y afrontar el pago de la deuda de casi 900.000 euros que mantiene con proveedores son los dos objetivos, según afirmó ayer la consellera menorquina de Turismo, Salomé Cabrera, que persigue la reestructuración de dicha entidad. Una reestructuración que ha acabado en un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que afectará al 34 por ciento de la plantilla -un total de 41 trabajadores en temporada alta-, y que unido a la no renovación de los contratos temporales supondrá un recorte de personal de un 44 por ciento.

La consellera anunció ayer al mediodía la decisión adoptada por el gobierno del Consell a los trabajadores de la fundación, aunque todavía no se ha concretado cómo afectará el recorte en las distintas áreas que dependen de Destí: Promoción y Producto, Información Turística, Xarxa Monumental, Centro de Artesanía, Island Games y Auditorías de Calidad. El ERE se presentará a la Conselleria de Trabajo dentro de este mes de febrero, aunque con la reforma laboral aprobada por el Gobierno, y dadas las pérdidas que arrastra la Fundació Destí -en 2011 cerró con unos resultados negativos de 950.000 euros-, la autorización administrativa no sería necesaria.

Tanto Salomé Cabrera como Azucena Jiménez, directora de la entidad, desvincularon ayer totalmente el recorte de plantilla de la reforma, aunque hayan coincidido en el tiempo, ya que los problemas económicos vienen de dos años atrás. El Govern mantiene una deuda de 1,2 millones de euros correspondiente a 2010 y entre enero y junio de 2011 la Fundació siguió funcionando y realizando gastos a cargo de un convenio con el IBATUR -ahora Agencia de Turismo de Baleares-, que a día de hoy no se ha firmado y que, además, se vio recortado unilateralmente por el anterior Ejecutivo autonómico en un millón de euros.

"La acción reivindicativa de esa deuda ha continuado y seguiremos reclamándola", aseguró Cabrera, quien añadió que, con el personal que quede, la Fundació Destí podrá seguir ofreciendo sus servicios y reconducir el déficit. "Confío plenamente en el equipo", aseguró.

Según la consellera de Turismo, la alternativa al ERE era la insolvencia, la quiebra y posterior cierre de la fundación "en cualquier momento", dada la falta de dinero. "No se quería llegar a esta decisión, no es nada agradable, pero no se ha hallado otra salida, de lo contrario la situación hubiera sido irreversible", explicó. Los despidos llegan después de aplicar un plan de austeridad con el que se ha logrado ahorrar, pero no lo suficiente como para pagar la deuda.

Entre las medidas adoptadas por la Fundació está el abandono de sus oficinas centrales, actualmente en la avenida Josep Maria Quadrado de Maó, para trasladarse a la antigua sede del Consell, en la calle Camí des Castell. También se ha trasladado la Oficina de Información de la plaza Explanada de Maó a dependencias municipales y se negocia hacer lo mismo en Ciutadella.

El ERE y la no renovación de contratos se espera que generen un ahorro en 2012 de entre 400.000 y 445.000 euros, que serán destinados al pago de los proveedores de Destí.