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Huyendo de la crisis económica, Pedro Suárez Suau (Maó, 1979) abandonó Menorca para instalarse en St Albans, una ciudad ubicada a la afueras de Londres. Corría el mes de octubre de 2008 y el menorquín encontró trabajo como supervisor de camareros en la cadena de restaurantes Lloch Fyne.

Un viaje a Miami supuso un punto de inflexión en su vida. Suárez encontró y se enamoró de una joven venezolana y seis meses más tarde hizo las maletas y cruzó el Atlántico. Su primer destino fue Caracas, una ciudad a la que el menorquín nunca se adaptó debido a la inseguridad.

La pareja optó por mudarse a Irlanda aunque la aventura europea tan sólo se prolongó durante seis meses. Suárez y su prometida regresaron a Venezuela pero, esta vez, se instalaron en San Cristóbal, donde todavía residen actualmente. El menorquín gestiona un centro comercial situado a las afueras de la ciudad y regenta un restaurante español.

¿Qué le empujó a marcharse de Menorca?
Veía que la Isla estaba entrando en una crisis monumental. Yo trabajaba como comercial en una empresa de muebles y gran parte de mi nómina dependía de las comisiones por ventas. Teniendo en cuenta la situación económica, estaba claro que mis ingresos iban a disminuir considerablemente, lo que podía provocarme problemas a la hora de hacer frente a todos los gastos procedentes de los bienes que había adquirido en tiempos de auge económico. Por todo ello, opté por marcharme a Reino Unido hace tres años y medio. Sabía que allí cobraría más y gastaría mucho menos en cuanto a vida personal.

No obstante, ya había vivido en Inglaterra anteriormente...
Sí. Viví en la ciudad de Aylesbury, ubicada a 20 minutos de Oxford, entre 2001 y 2004. Sin embargo, todos los veranos volvía a Menorca para trabajar y poder costearme la estancia en el Reino Unido.

¿Qué hizo allí?
Los primeros dos años estudiaba en el Oxford Aylesbury College University a tiempo completo. El tercer año estudiaba y trabajaba durante dos días a la semana como inspector de auditorías de stock de grandes almacenes. Era duro pero se cobraba muy bien. La verdad es que fueron los mejores años de mi vida.

¿Tan a gusto se encontró en Inglaterra?
Sí. Vivir en un país extranjero fue toda una aventura. Cuando llegué no conocía a nadie, por lo que tuve que empezar de cero. ¡Fue un reto que me encantó! El tercer año lo pasé especialmente bien. Estuve en Aylesbury con algunos de mis mejores amigos: Santi, Chei y Kiko. Compramos un coche, un Volvo 440 de segunda mano, por 3.500 libras y aprovechamos para viajar por toda Inglaterra. El cuarto año estuvimos en Wattford con Santi, Paulino y Xavi, quien actualmente vive en Bruselas.

¿Dónde se instaló la segunda vez que decidió trasladarse a Reino Unido?
En octubre de 2008 me instalé en St Albans, una ciudad dormitorio de Londres a 20 minutos en coche del centro de la capital. Me fui desde Menorca hasta Inglaterra en coche y, durante los primeros meses, viví con amiga que estudió conmigo en Aylesbury, Nuria, y que trabajaba como azafata. Cinco meses después de llegar me mudé a un apartamento que se encontraba más cerca de mi lugar de trabajo. Encontré empleo como supervisor de camareros en una cadena de restaurantes escoceses denominada Lloch Fyne.

¿Cuándo conoció a su prometida?
La conocí en Irlanda en el año 2007. Ella es venezolana pero estaba estudiando inglés y vivía en Dublín con una amiga mía menorquina. Una vez instalado en el Reino Unido me invitó a visitarla en Miami y hacía allá me fui el 4 de abril de 2009. Nada más llegar me enamoré de ella como nunca antes lo había hecho. No se cómo ni porqué pero surgió un amor muy bonito que todavía se mantiene hoy como el primer día. ¡Fueron las mejores vacaciones de mi vida! A pesar de que ella es natural de Venezuela, su familia tiene casas en Miami puesto que tienen negocios allí y viajan a menudo.

¿Qué pasó después?
Volví a Inglaterra a trabajar de nuevo en el restaurante. Continuamos juntos a distancia y la verdad es que fueron seis meses muy duros. Finalmente, decidimos instalarnos en Caracas, era la mejor opción para estar juntos.

¿Cuándo se trasladó a la capital venezolana?
En septiembre de 2009. La verdad es que en un primer momento me costó adaptarme a la vida allí. No conocía a nadie excepto a mi novia y a sus dos hermanos y, a pesar de que su familia es muy tranquila y educada, echaba de menos a mis grandes amigos de Menorca. Además, Caracas es una ciudad muy insegura.

¿En qué sentido?
No puedes salir a la calle a partir de las 8 de la noche por miedo a lo que te pueda pasar. Además, notaba que todo el mundo me miraba por ser extranjero y sentía incertidumbre. No sabía si me observaban porque era diferente o porque me querían atracar. A mi me gustaba mucho salir los fines de semana y en Caracas da miedo ir a una discoteca, así que la vida allí me resultó algo aburrida.

¿Ese fue el motivo que les llevó hasta Irlanda?
Sí. Tan sólo tres meses después de llegar yo a Caracas nos trasladamos a Europa de nuevo. Yo no me había adaptado, especialmente debido a la inseguridad y por ello decidimos irnos a Irlanda. Llegamos a Dublín en diciembre de 2009 y decidimos probar suerte montando una residencia de estudiantes.

¡¿Una residencia de estudiantes?!
Sí. Mi novia había estado en un internado y pensamos que sería una buena oportunidad. Alquilamos una mansión espectacular de ocho habitaciones y la amueblamos.

¿Funcionó bien?
La verdad es que no. Tuvimos una mala influencia y, además, la crisis estaba azotando duramente a Irlanda. Los estudiantes buscaban habitaciones económicas y nosotros ofrecíamos un alojamiento algo más caro puesto que también incluía la comida y la cena, los traslados y polideportivo. Cuando vimos que no funcionaba como esperábamos decidimos cerrar. Creo que escogimos una mala época para instalarnos en Irlanda debido a la difícil situación económica por la que pasaba el país. Además, abrimos la residencia en el mes de enero, cuando no hay muchos estudiantes que busquen alojamiento y, los que había, no estaban dispuestos a pagar mucho por una habitación.

¿Fue entonces cuando decidieron regresar a Venezuela?
Estuvimos en Dublín hasta junio de 2010 y después nos fuimos a Menorca dos meses y medio. Durante aquel tiempo decidimos volver a Venezuela, pero esta vez no regresamos a Caracas sino que nos instalamos en San Cristóbal, una ciudad más tranquila y segura. Está situada en el suroeste de Venezuela, cerca de la frontera con Colombia, y se puede comparar con Palma. Además, allí viven los padres de mi novia y sus hermanos por lo que me siento más arropado y no me añoro tanto.

¿Encontró trabajó allí?
Le compramos a mi cuñado un pequeño centro comercial y a día de hoy, lo gestionamos nosotros. El local cuenta con varios negocios como un videoclub, una tienda de juguetes, una papelería, una perfumería, una tienda de accesorios para ordenadores y celulares, otra de artículos de regalo y otra de utensilios del hogar. El centro comercial, que se llama Todo Para Cosas Del Hogar está situado en las afueras de la ciudad y tiene alrededor de 200 metros cuadrados. Yo me encargo del personal, de las cuentas de las compras, etcétera. El único inconveniente es que mi novia tiene que viajar a Caracas de vez en cuando para atender sus negocios.

¿Qué tipo de negocios?
Ella es diseñadora gráfica y, además, tiene un centro comercial en Caracas y algunos centros de comunicaciones.

Recientemente ha abierto un restaurante. ¿De qué tipo de establecimiento se trata?
Es un restaurante español. Yo mismo hice las reformas del local junto con dos amigos y uno de mis cuñados. Lo adquirí en febrero pero no abrí hasta abril. El restaurante se llama Taberna El Rocío, en honor a mi hermana, y la verdad es que hasta el momento estamos teniendo mucho éxito. De lunes a sábado ofrecemos un menú y los domingos hacemos un poquito de todo y trabajamos especialmente con marisco. A mi me gusta mucho cocinar y por esto los domingos me encargo de todo. Dicen que no lo hago nada mal y eso me anima a trabajar más.

¿Tiene algún otro proyecto en mente?
Sí. Estoy construyendo unas lagunas para criar Cachamas, un pez de río muy típico en Venezuela. Las lagunas son una especie de piscinas al aire libre, algo similar a una piscifactoría. La idea fue de uno de mis vecinos, me animó y vi que había posibilidades. Ahora veremos a ver que tal funciona el negocio.

España continúa inmersa en la crisis económica, ¿cuál es la situación en Venezuela?
En Venezuela hay trabajo pero la gente aquí es muy perezosa y muy poco responsable, a la vez que deshonesta. Es como si no hubiera ley, todo tiene un precio y el gobierno te permite hacer lo que quieras si les pagas. Por su parte, España va mal debido a las medidas del anterior equipo de gobierno y a la corrupción política. Los empresarios no pueden crear empleo sin ser apaleados con impuestos, seguros, autorizaciones y permisos. Los ayuntamientos y los consells sólo piensan en multar y pedir dinero a los ciudadanos para luego despilfarrarlo en fiestas y fraudes. Esto es España, un país desarrollado repleto de corruptos en el cual sólo hay justicia para los pequeños empresarios mientras que los propietarios de grandes empresas hacen lo que les viene en gana pagando a concejales y políticos corruptos. Eso es así, todo el mundo lo sabe y es muy triste.

¿No se plantea volver a Menorca?
De momento, lo dudo. Llevo muchos años viviendo fuera de la Isla, he estado en Brasil, Canadá, Reino Unido, Irlanda y Venezuela. Podría ser que en un futuro viviera en la Isla durante las temporadas de verano si tuviera la oportunidad de montar algún negocio, pero lo veo complicado. Mi intención es estar unos años en San Cristóbal, ahorrar y posteriormente instalarnos en Miami, en Isla Margarita o en Argentina. Mi cuñado viajó el año pasado a este país y nos comentó que se vive muy bien y que es un buen lugar para invertir actualmente, ya que se está levantando de la crisis.

Así que de momento se queda en San Cristóbal...
Sí. Ahora mismo estoy muy feliz aquí. En San Cristóbal vivo muy tranquilo aunque siempre hay que mantener la precaución puesto que también hay atracos y asesinatos. De todos modos, si sabes moverte por las zonas adecuadas y vas con cuidado no te pasará nada. En el caso de que te quieran robar, debes dar todo lo que tienes y no resistirte. Sin embargo, echo mucho de menos a mi familia y a mis grandes amigos. Julián, Chicha, Pedro, Toyo, Berto, Borja, Dani, Noe y, sobretodo, a uno que ya no está entre nosotros y que era como un hermano para mi, Jay, que falleció en Panamá por causas todavía desconocidas. También añoro la tranquilidad de Menorca aunque leo a diario las noticias y me doy cuenta de que Menorca ya no es lo que era.

¿A qué se refiere?
El gamberrismo, unido a la poca profesionalidad de las fuerzas de seguridad del Estado han convertido a Menorca en un lugar menos tranquilo. De todos modos, entiendo un poco su pasotismo a la hora de actuar puesto que, cuando detienen a algún delincuente, la justicia lo deja en la calle al día siguiente. Así es la porquería de justicia que tenemos en España, un país que dice llamarse desarrollado.

¿Visita la Isla a menudo desde que vive en Venezuela?
Siempre que puedo. El año pasado estuve allí en junio y también para las fiestas de Maó. También me hubiera gustado estar en las fiestas de Ciutadella pero no pude ir por motivos de trabajo. Este año no me las perderé. ¡Viva Sant Joan!

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e-mail: msola@menorca.info