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La reflexión sobre el paso del tiempo acompasa el ritmo pictórico de Joan Riera Ferrari (Manacor, 1942). El mallorquín se sirve de la libertad más pura a la hora de retratar las esperanzas de la vida. Trazos evocadores para un cruce de miradas entre ambos mundos: el terrenal y el espiritual.

Riera Ferrari inaugura en Menorca su muestra itinerante "I a l'home li posaren ales...", una propuesta del Institut d'Estudis Baleàrics (IEB), en colaboración con la Fundación Cultural Coll Bardolet, que Govern y Ayuntamiento de Maó presentan en el Claustre del Carme. Una serie única de torsos masculinos alados nacidos de la inquietud filosófica.

Metáfora del deterioro
La producción, realizada en 2009, fue cedida generosamente por el autor al IEB. De reconocida trayectoria -en 2009 recibió el Premi Ramon Llull-, Riera Ferrari es distinguido más allá de nuestras fronteras. Entre sus temáticas destaca la secuencia de paisajes y acantilados marinos, así como su sólida experimentación de la materia. Se inspira en Venecia y estudia la serie "Vells Vaixells". En ambas confluye el inicio de la reflexión del artista sobre el paso del tiempo destructor.

El viaje de "I a l'home li posaren ales …" comenzó el pasado noviembre en Valldemossa. Algunos de los bustos se exhiben fragmentados como metáfora del desgaste producido por dicho tiempo. Efectos más que claros como el envejecimiento, la enfermedad o la muerte. Una simbología dotada de enormes y majestuosas alas y vendas de seda que cubren los rostros.

La muerte que acaba con todas las esperanzas del ser humano se contrarresta con la belleza de esta colección de cuadros. Una completa evolución por la existencia desde la perspectiva, nunca indiferente, de Riera Ferrari.

El Claustre del Carme abre sus puertas a la visión más íntima del autor sobre el intervalo de la existencia. La libertad como meta a través de un viaje que trabaja para mellar la esperanza pero que halla remedio en esas "alas del espíritu". Es el gesto de la inmortalidad.