Langostas. La talla mínima sigue generando debate por ser un límite a las capturas en época de crisis - Archivo

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Tras un invierno duro, los pescadores de artes menores de la Isla empiezan mañana, día 1, el periodo de pesca de la langosta con la esperanza de que la temporada ayude a la supervivencia del sector. La incidencia del mal tiempo invernal ha impedido durante muchas jornadas poder salir a faenar, a lo que se une el descenso del consumo de pescado y marisco a consecuencia de la crisis, por lo que los pescadores vienen arrastrando meses de desgaste en la actividad.

A la preocupación por el futuro del sector se le añade la normativa de control de la talla mínima de las capturas. Ayer mismo, los representantes de las tres cofradías de pescadores de la Isla se reunieron con el presidente del Consell, Santiago Tadeo, el conseller de Agricultura y Pesca, Fernando Villalonga, y técnicos del Departamento, para abordar la normativa.

Los pescadores solicitaron el implante progresivo de la talla mínima, para dar un margen de adaptación a la flota y para evitar que el sector se vea perjudicado, en un momento de crisis económica, con la limitación de las capturas. Así lo explica el presidente de la Cofradía de Pescadores de Ciutadella, Josep Caules.

No obstante, la respuesta institucional ha sido que la norma es de obligado cumplimiento y que se extremará la vigilancia para que las capturas no superen los nueve centímetros. Se trata de una medida para posibilitar la reproducción natural de los caladeros. Los pescadores están dispuestos a cumplir la normativa, aunque piden un margen de adaptación para no verse perjudicados.

Josep Caules afirma que la captura de la langosta representa la supervivencia del 90 por ciento de la flota de artes menores de la Isla. La temporada de pesca empieza mañana, día 1, hasta el 31 de agosto. Al coincidir el inicio con el primer domingo de la temporada, los pescadores podrán faenar y traer a puerto las primeras langostas de la temporada.

Aunque Caules apunta que entre los días de mal tiempo, los domingos y festivos, la temporada efectiva se acorta. Además, señala que la época con más salida comercial del producto se reduce desde Sant Joan a agosto. De este periodo de trabajo depende la supervivencia del sector durante prácticamente el resto del año.

No obstante, esta temporada persiste la incertidumbre sobre la salida comercial de la langosta. Según Josep Caules, el año pasado se detectó un descenso del consumo del plato estrella de los restaurantes de la Isla, la caldereta, y por tanto de la langosta, un producto del mar de los más preciados con un precio elevado.

Esta tendencia repercute negativamente en los ingresos de los pescadores. El precio del kilo de langosta puede oscilar este año entre los 50 y los 65 euros. También la langosta foránea compite directamente con la menorquina, por el precio, pese a que el producto de fuera carezca de la calidad y el prestigio de la langosta local.