Celebración. El Via Crucis y la procesión fueron seguidos por numerosas personas - Javier

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La iglesia de Sant Francesc de Maó congregó ayer por la tarde a decenas de feligreses para celebrar el Via Crucis, el camino hacia la Cruz de Jesús de Nazaret. El obispo, Salvador Giménez Valls, acompañado de una importante representación del presbiterato, así como decenas de cofrades, hicieron este camino hacia la Cruz reproduciendo cada una de las etapas de la Pasión del Hijo de Dios, desde su condena pasando por la crucifixión y hasta la muerte, el descendimiento de la cruz y la sepultura. Hasta catorce fueron las estaciones que empañaron de tristeza el templo que siguió la narración de los hechos entre el silencio y la aflicción.

La lectura de los textos bíblicos estuvo acompañada de una serie de reflexiones con las que los feligreses pudieron fortalecer su devoción hacia Jesús. Entre ellas, se alentó a los fieles a limpiarse de todo aquello que no les deja transparentar la belleza que procede de Jesús, a desnudarse de cuanto les hace opacos y que impide por tanto que los otros puedan ver al Hijo de Dios, a vivir el Evangelio, y a ayudarles a amarse los unos a los otros.

La solemnidad del acto contó a su vez con unas palabras de monseñor Salvador Giménez quien, por un lado, animó a los feligreses a dar un paso al frente en la fe y, por otro, les alentó a participar en los diferentes actos litúrgicos que conforman la Semana Santa.
Este camino hacia la Cruz también congregó a muchos fieles en los distintos pueblos de la Isla. En Ciutadella, el Via Crucis tuvo lugar en la iglesia de Sant Esteve con la participación de las distintas cofradías. Los actos de inicio de la Semana Santa continuaron en la sala multifuncional del Canal Salat con un concierto a cargo de la Agrupación Musical de Ciutadella. En Ferreries, el acto religioso, que cuenta con la participación de las cofradías de Jesús Nazareno y los centuriones de San Cornelio, fue celebrado por las calles del pueblo y seguido por un gran número de fieles, según el corresponsal, Joan Janer.

Procesión

El repique de cornetas y tambores de las distintas cofradías comenzaron a entremezclarse de camino hacia Sant Francesc de donde saldría la procesión. Maó quedó de repente empañada por el luto, la meditación, la contemplación y la solemnidad. La cofradía del Vía Crucis encabezó la ceremonia con los pasos de la Oración en el Huerto y Jesús Nazareno. Y la siguieron las cofradías de San Pedro Apóstol, La Sangre, la Confraternidad de San Cornelio Centurión, Nuestra Señora de La Piedad y una representación de La Soledad y el Santo Sepulcro.