‘escoletes’. Un grupo de niños en un taller de aprendizaje de una escuela infantil de Ciutadella - Archivo

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La libre elección de lengua, catalán o castellano, en la fase de aprendizaje de lectura y escritura (segundo ciclo de Educación Infantil y primer curso de Primaria) en los centros públicos y concertados de Balears requerirá una mayor implicación de los maestros "que tendrán que hacer un esfuerzo", porque el aumento de la ratio de alumnos y el mayor desdoblamiento en grupos "implicará la reorganización de los centros", una tarea que recaerá en los equipos directivos de cada escuela, según la demanda existente para cada idioma.

Así lo afirmó ayer el delegado territorial de la Conselleria de Educación en Menorca, Julián Hernández, durante la presentación en Maó del proceso de escolarización del curso 2012-2013, en el que una de las novedades más importantes es la posibilidad de que los padres elijan, en la solicitud de escolarización de sus hijos, si quieren que éstos reciban las clases de lectoescritura en catalán o en castellano.

La demanda para cada uno de los idiomas se sabrá a partir del día 28, fecha en la que concluye el proceso de presentación de solicitudes en las etapas de Educación Infantil, Primaria y Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), que comenzará el lunes día 14.

Los docentes, que precisamente ayer, junto con padres de alumnos, estudiantes y sindicatos, organizaron una 'cacerolada' para protestar contra los recortes en escuelas e institutos, también tendrán en algunos casos que iniciar un reciclaje profesional y mejorar sus conocimientos de inglés, ya que el programa piloto polilingüe, que impulsa el Govern y que pretende implantar en tres años, se ampliará el próximo curso a 50 centros en Balears, lo cual implica que, en los colegios adheridos, habrá asignaturas que se tendrán que impartir en inglés, de modo que el alumnado mejore sus habilidades en dicho idioma.

En este sentido, el delegado de Educación recordó que la Unión Europea ha fijado el año 2020 como fecha límite para implantar un sistema en el que los estudiantes comunitarios acaben su formación obligatoria con un buen conocimiento de dos de las lenguas oficiales reconocidas por Bruselas, en este caso, el español y el inglés. Los colegios que decidan aplicar dicho programa lo harán siempre por acuerdo del claustro de profesores y del consejo escolar, matizó el delegado de Educación.

Inquietud

Pero la normativa es una y la realidad otra, ya que la mayoría de los centros que reciben fondos públicos en Menorca contemplan en sus proyectos educativos la enseñanza de la escritura y la lectura en catalán, y aún no tienen una previsión aproximada de cuál será la demanda de padres que quieren que sus hijos aprendan en castellano el próximo curso.

"No sabemos qué haremos, será complicado", manifestó la directora de una escuela que imparte Educación Infantil de Ciutadella, "creo que ellos mismos tampoco lo saben, de momento, nosotros hemos remitido una carta a los padres explicando que nuestro proyecto lingüístico es en catalán", añadió.

Con los recortes en educación, que ya implicarán más horas de trabajo para los docentes, éstos tienen ahora dudas de que se puedan atender las peticiones de aprendizaje en castellano, sin que eso implique dejar de lado otras áreas, como la atención a los niños con necesidades especiales.

"Primero informaremos a la Conselleria del número de peticiones que tenemos y ellos decidirán, no tenemos ninguna indicación de qué hacer, pero implicará reorganizar todo nuestro proyecto educativo, que es en catalán", manifestó la directora de un colegio público de Maó, que incluye la Educación Infantil y Primaria.

"Perderemos calidad, difícilmente podremos hacer todo a la vez en las aulas, creo que lo teníamos bien y que no era el momento de un cambio así, además ahora que hay recortes y no pondrán más personal", corroboró la responsable de otro centro.

Tampoco en los centros concertados lo tienen claro. "Existe cierta inquietud" ante el cambio aprobado por la Conselleria, reconoció un profesor de un colegio de Maó, a pesar de que su proyecto educativo es bilingüe, 50 por ciento catalán y 50 por ciento castellano.

Según este profesional, el código escrito que se enseña a los pequeños "debe ser solo uno, y al ser el catalán más difícil, les resulta más fácil pasar luego al castellano", una opinión compartida por otros docentes de Educación Infantil consultados por este diario.

"Si se diera una diversidad de opiniones en cuanto a la lengua y tuviéramos que reorganizar nuestro proyecto educativo, tendríamos problemas para ejecutarlo, y más con los actuales recortes, es difícil enseñar en las dos lenguas en una misma aula", recalcó.