Foso. Durante los tres años de inactividad se ha llenado de agua, lo que ha estropeado la maquinaria. La mayor parte de las instalaciones están llenas de óxido - Cris

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El empresario Valeriano Allés ha retomado la actividad en Son Sintas, después que el pasado 24 de mayo a mediodía firmara ante notario la compra-venta de las canteras.

Un regreso que implica una importante inversión de más de medio millón de euros para poner al día unas instalaciones que llevan casi tres años paradas tras su desalojo forzoso por orden judicial, a raíz de un litigio con la antigua propietaria.

Según explicaba ayer el nuevo titular de Son Sintas, cuando se hizo la compra por 1,5 millones de euros, "la previsión inicial era destinar 500.000 euros a la puesta en marcha de la cantera", y se va a quedar corta, ya que el deterioro que han sufrido las instalaciones requerirá reparaciones de maquinaria en los casos menos graves, pero obligará a reemplazar aquellas máquinas que han quedado inutilizadas.

El ejemplo más claro es el foso de donde se extraen los áridos, que ha quedado sumergido en agua estropeando tanto la maquinaria extractiva como parte de la estructura transportadora. Así, reactivar la industria implicará, entre muchas otras tareas, sustituir electroválvulas, tuberías, rodillos de las cintas, reinstalar la báscula y revisar el estado de los contenedores.

"Hay que mirar que podamos sacar el cemento que hay almacenado pero posiblemente habrá que derribar los depósitos y poner otros nuevos".

En Son Sintas hay montones de arenas, gravillas y escolleras que deberían haberse utilizado para la construcción del dique. "Tenemos todo lo que quedó sin servir, todo el hormigón".

Al echarle de las canteras, Allés perdió un gran cliente y mucho dinero. Por eso, ahora, uno de los trabajos que hay por hacer es limpiar las toneladas de materiales para poderlas servir en condiciones.

Puestos de trabajo

Valeriano Allés daba trabajo a 55 personas. Con el cierre de Son Sintas la plantilla quedó reducida a la mínima expresión, y desde que se ha reabierto "ya hemos cogido a cinco, pero no podremos llegar a los 55 que teníamos, ahora mismo no hay mercado". Aún así, la intención del empresario es "ir cogiendo más gente poco a poco".

Otro movimiento de Allés dentro del sector ha sido el alquiler de las instalaciones de IMPRESA (Industrial Menorquina de Prefabricados) por parte de sus hijos a través de la sociedad Prefabricats Ciutadella. Sin embargo, "ahora lo tenemos alquilado pero no sé que pasará mañana, porque IMPRESA está en concurso de acreedores y no sabemos que decidirá el administrador judicial, igual echa para atrás el alquiler", indicó Valeriano Allés.

Huguet: "Hemos acatado el fallo"

El conseller de Ordenación del Territorio, Cristóbal Huguet, se limito ayer a señalar que "el Consell ha acatado la sentencia" del Tribunal Superior de Justicia de Balears que obligaba al Consell insular a devolver a Valeriano Allés 390.225 euros más los intereses de demora por una multa urbanística por haber edificado en suelo rústico la planta para la fabricación de bloques.

Una sentencia que ordenaba también retrotraer o reiniciar el expediente sancionador al momento anterior a la intervención del expresidente de la institución insular, Marc Pons, sobre quien el tribunal considera que debería haberse abstenido de participar en el proceso por existir "enemistad manifiesta" con el empresario.

Huguet declinó dar "explicaciones sobre cualquier expediente sancionador" y no quiso aclarar si el Consell ha reiniciado o no la tramitación.

En este sentido, Allés aseguró estar "muy tranquilo". "Lo tendrán que mirar pero tengo todos los permisos en regla", manifestó.