Turisme de Barcelona. Pere Duran Vall-Llosera - T. B.

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"Menorca tiene muchos recursos turísticos, pero carece de producto. Además, la gestión de su promoción debe ser absolutamente empresarial". Así de contundente se expresa Pere Duran Vall-Llosera, director general de Turisme de Barcelona, -un consorcio público-privado de promoción de la ciudad condal creado en 1993-, cuando se le pregunta si este modelo de éxito barcelonés puede extrapolarse a la Isla. Pere Durán, que hace unos días ofreció una charla en Menorca, invitado por el Cercle de Economía, ejemplifica su argumentación con el Camí de Cavalls. Destaca los atractivos naturales del sendero, pero al mismo tiempo subraya sus graves carencias. "El Camí no está preparado, no hay zonas de alojamiento, de transporte y de avituallamiento. Lo mismo sucede con el producto gastronómico de Menorca, su tradición es peculiar, pero tampoco tiene producto que ofertar al visitante o al turista", explica.
En su opinión, Menorca debe estudiar cuáles son las peculiaridades que le distinguen respecto a destinos competidores cercanos y explotarlas al máximo. En este sentido, lamenta que una de las grandes riquezas de la Isla como el titulo de reserva de la biosfera apenas se promocione turísticamente en el exterior. "Es un camino a explotar brutal", resalta, al tiempo que propone aprovechar el vigésimo aniversario de la declaración de Reserva de la Biosfera por la Unesco para promocionar la Isla.

Pere Durán reconoce que Menorca se enfrenta además al handicap de las conexiones aéreas y en este sentido considera que la Isla debe aumentar su presión sobre las compañías aéreas y especialmente sobre AENA, pero ante todo debe lograr un aumento de las conexiones y las frecuencias entre Palma y Menorca, así como unos precios más competitivos. "Creo que los viajeros deben llegar a la Isla vía Palma. Pero sobretodo hay que vender Menorca para que sea verdaderamente el destino final", apuntó.
dirección en manos privadas

Este experto en turismo insiste especialmente en que la promoción turística de la Isla debe recaer principalmente en manos privadas, porque son los empresarios quienes mejor saben hacer y gestionar el producto turístico. No obstante, puntualiza que los sectores privado y público deben compartir espacio en el "ente" que en su caso se encargue de gestionar los recursos existentes, como sucede hoy día en el consorcio Turisme de Barcelona. Eso sí, siempre bajo una dirección empresarial y no política. Hoy día, Menorca, al igual que Mallorca, Eivissa y Formentera pueden tomar sus propias decisiones sobre promoción a través de la Agencia de Turismo Balear (ATB), en cuyo consejo de dirección están representados el Consell, la patronal hotelera ASHOME, junto con otras once entidades públicas y privadas de Balears. Cada Isla cuenta además con comisiones ejecutivas de la ATB presididas por el presidente de los respectivos Consells con presencia de distintas entidades y fundaciones (Fundació Destí en Menorca) que deciden cómo debe realizarse la promoción y qué productos deben ser potenciados turísticamente.

Recursos y generosidad
El éxito del consorcio para el que trabaja, apunta, se basa en dos condiciones básicas que debería en su caso, aplicar la Isla si quiere imitar el modelo barcelonés. "El sector privado debe estar decidido a poner recursos para promoción y también debe haber un acto de generosidad política para que el poder de decisión recaiga en un empresario y no en un político", incide el experto. El PP insular siempre ha mantenido la necesidad de integrar el sector privado en la Fundació Destí, pero desde su llegada al gobierno, apenas se han producido avances en esta materia.

Un modelo a imitar

El director general recuerda que cuando nació Turisme de Barcelona, hace ya 20 años, hubo paridad en la aportación de recursos entre el sector privado y el público, en concreto entre la Cámara de Comercio y el Ayuntamiento. Cada uno aportaba 2,5 millones de euros.
Con el paso de los años, Turisme de Barcelona ha logrado generar con sus propios recursos el 95 por ciento de su presupuesto, que hoy día asciende a 41 millones de euros, el resto es aportación pública, "prácticamente la misma cantidad que cuando empezamos", resalta con orgullo por el logro alcanzado.