Los menorquines son los más críticos con el turismo y el trabajo que genera

En esta misma línea, los menorquines son también los que menos creen que el turismo crea puestos de trabajo. Así, en Menorca el 34,5 por ciento de la población así lo considera, cuando en Mallorca lo defiende el 40 por ciento, y en Formentera, por ejemplo, el 46 por cien. En este sentido, cabe destacar que en todas las islas baja el número de personas que relacionan el turismo con los puestos de trabajo, debido en gran parte por la crisis económica.

El estudio de GADESO destaca a los menorquines como los que menos creen en los puntos fuertes del turismo y, a su vez, también los sitúa como los que más preocupados se muestren por sus puntos débiles. Así, los ciudadanos de Menorca son los que más consideran que la actividad turística ocupa demasiado territorio, es excesivamente estacional y genera una dependencia económica peligrosa. Además, el porcentaje de personas que secundan esta opinión ha crecido en los últimos meses, según el informe.

Más allá de estas cuestiones, GADESO también ha preguntado por la valoración que los ciudadanos conceden a los diferentes componentes del producto turístico. En este punto, los menorquines son los que más puntuación conceden a su territorio, otorgándole una nota de 5,9. Los menorquines también aprueban las infraestructuras (5,4), la planta de alojamiento (5) y el equipamiento y los servicios (5). En cambio, los menorquines son los más críticos con el transporte aéreo y marítimo, puesto que le conceden un 3,9, la nota más baja de todo Balears, muy por debajo de la media de 5,7 de la comunidad. Los menorquines también suspenden la oferta complementaria, a la que conceden una nota de 4,5.

Trabajo poco valorado

En el estudio de GADESO también se fijan las que, según los menorquines encuestados, son las debilidades de los puestos de trabajo relacionados con el sector turístico. Los menorquines son los que les conceden una nota más baja, un cinco (en Mallorca la nota es de 5,3., y en Eivissa y Formentera de 5,6), y los que más critican los horarios excesivos, la escasa valoración profesional de los trabajadores de este sector y también la gran estacionalidad de la actividad turística y, por lo tanto, de los trabajos que genera.