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"Carlos Mascaró, con una reconocida frecuencia, se refiere a ese pintor llamado Vermeer de Delft. Éste no habría pintado, si viviese, de otra manera que él. La humildad que poetiza cualquier realidad que se refleje, la emoción de las cosas habituales: solerías de barro, dormitorios modestos y serenos, vigas blanqueadas, máquinas de coser, mesas de noche, nuestros sumisos acompañantes cotidianos… La belleza, como el Dios de Santa Teresa, está aquí también entre pucheros, cuencos, vasares, cazos, espumaderas, sacos doblados o enrollados, botijos, alacenas... Los modestos objetos que acompañan de continuo a la vida, exaltados por el agradecido tacto del arte auténtico de Mascaró".

Antonio Gala (Prólogo del catálogo de la exposición del pintor ferreriense, "La llum de la memoria").

Añadiré, por mi cuenta y riesgo que en el hombre que hay detrás del pintor descubrí la impronta de la saga de los Mascaró, me refiero a los hermanos Jaime, mestre Perico, Toni y Julio, que educaron a sus hijos en la responsabilidad y el compromiso, como también en la autocrítica para poder mantener un positivo equilibrio entre el tener y el darse.

Ca Ses Monjes y…

Colegio público para seguidamente cursar el Bachillerato en Ciutadella, en el Instituto Josep Maria Quadrado. Luego llegaría el "salto al vacío", a la pintura.

Autodidacta declarado toda vez que no estudiaste en ninguna escuela de Bellas Artes. ¿Cuál es el secreto de tu éxito?

He trabajado muchísimo y a conciencia porque intuí, desde el primer momento, que el dominio del oficio se adquiere a base de trabajar, siempre y cuando el "aprendiz de pintor" posea sensibilidad, luego están la tenacidad y la paciencia.

No olvidaste que el artista nace… Y que luego se perfecciona.

Sí, de ahí la necesidad de poseer sensibilidad… Luego vienen los otros añadidos y yo nunca olvidé que "la paciencia era un árbol de raíces amargas pero de frutos muy dulces".

Llegamos, casi en el inicio del maratón, a que el esfuerzo es indispensable para hacerse con un nombre. ¿Es así?

Desde luego; mis fundamentos, marcadamente autodidactas, me llevaron a estudiar a fondo a los grandes maestros del pasado; reproducir sus cuadros y "saborearlos" en directo, para captar visualmente su historia y toda la información que sus obras transmiten, su forma de trabajar, sus "trucos"… Para mi estudiar pintura sin mirar a los grandes maestros es como estudiar natación por correspondencia.

¿Es cierto que el oficio de pintor es uno de los más solitarios que existen?

Para mi sí, al menos así lo considero; es un "enfrentamiento" entre tú y el lienzo, la tela, a tu alrededor hay pinturas, pinceles, incluso el modelo, pero siempre estás solo; es un trabajo bendito y a la vez maldito que desde el primer momento aceptamos todos cuantos nos dedicamos a este oficio; también es una lucha entre la soberbia de ser creador y la paz interior a la que todo artista aspira.

Pero el dibujar, el pintar te salió de dentro, no fue por imposición.

Así fue; al salir del colegio mientras mis compañeros pensaban en jugar al fútbol, yo iba directamente a mí casa, a dibujar y cada año, en la carta a los Reyes, pedía que me trajeran útiles para pintar.

Y a los trece años…

Con una carpeta bajo el brazo me desplacé a Maó para participar en un concurso de dibujo al aire libre, en la Explanada, organizado por el Ayuntamiento mahonés, y obtuve el primer premio.

Esto ocurría en 1970 y en 1979, después de una etapa en que acaparaste lo "habido y por haber" en las "Fires de Sant Bartomeu", obtuviste la Medalla de Oro en el V Salón de Otoño patrocinado por la Caixa.

Premio que me llenó de satisfacción habida cuenta de mi edad y que en el certamen se expusieron 130 cuadros de 22 artistas.

A lo largo de tu dilatada carrera ha habido otros premios, y diversos "acontecimientos", digámoslo así, que han ido conformando tu currículo. ¿Los recordamos?

Me pides lo haga esquemáticamente y así lo haré; con Ramón Cavaller y Jaime Fedelich, con tan solo 21 años de edad, participé en la elaboración de las ilustraciones para el mapa topográfico de Menorca, de J. Mascaró Pasarrius; en 1982 obtuve la Medalla de Honor del Certamen Nacional de Pintura con motivo del Bicentenario de la Reconquista de Menorca… Ha habido otros premios a nivel local e insular pero estos son los algunos de los más relevantes.

Te guiaré un poco más hacia dos acontecimientos importantes que sucedieron aquí, en Ferreries. Me refiero a la presentación, en 1985 y en el Centro Sociocultural, del colectivo Artcinc, Matías Sansaloni, Lluís Febrer, Nito Serra, Juan Pons y tú mismo, y la inauguración, en 1989, de la obra del altar de la iglesia de Santa María de Ferreries; inauguración llena de connotaciones familiares muy íntimas, muy especiales.

Sí; mi padre, persona muy religiosa, quiso donar a la nueva iglesia de su pueblo un cuadro para el altar mayor; lo habló con Bosco Faner, en aquel momento ecónomo de Ferreries e iniciamos el trabajo; mi padre, solo puso una condición, que no quería ver el cuadro hasta que estuviera terminado; cada tarde, al cerrar el templo, yo iba a trabajar, junto con el rector quitábamos las telas que lo cubrían y reiniciaba el trabajo, luego, volvíamos a cubrirlo… Desgraciadamente mi padre nunca llegó a verlo, murió diez días antes de su inauguración.

Ten por seguro que desde allá arriba lo habrá disfrutado, gozosamente, en mil ocasiones… Silos, el Monasterio benedictino, ¿te dice algo?

"Llum", un óleo que pinté por encargo y para el Monasterio de Santo Domingo de Silos; ellos, los monjes, lo llaman "La llave que abre la puerta de la luz".

Exposiciones, premios de todo ha habido, sin embargo hay un "algo" extremadamente significativo, "La llum de la memoria", primera mostra antològica: 1979/2009.

Sí, fue un alto en el camino con muchísimas connotaciones; la primera radica en el hecho de que estuvo auspiciada por el Consell Insular, y tres ayuntamientos menorquines, el de Ciutadella, el de Ferreries y el de Maó; otra nota destacable está en el hecho de que en la inauguración, en "El Roser", acudieran más de 300 personas y que en el libro de firmas, con dedicatorias incluidas, hay más de 700… Incluso la gente hacía cola para dejar constancia de su visita y, como dato final, en el conjunto de la muestra, la visitaron más de 10.000 personas… ¿No crees que es para emocionarse?

Y sentirse enormemente feliz, sin olvidar que hubo una visita muy especial.

Sí, la que desde Palma realizó una Escuela de Pintura para ver, in situ, esta muestra antológica.

Trasmites felicidad, se te ve contento… ¿Te sientes realizado en tu "oficio"?

Sí, vivir de lo que a uno le gusta proporciona una gran felicidad y te sientes realizado, aunque desde mi particular visión autocrítica que me inculcaron, reconozco que todavía me queda un largo camino por recorrer, que debo seguir "pedaleando".

Un artista como tú, meticuloso, critico consigo mismo, y extremadamente riguroso, ¿cómo programa su trabajo?

Te has olvidado de apuntar insatisfecho… Lo primero es el trabajar sin "reloj", es decir, sin límites de tiempo; pinto, borro, corrijo, voy haciendo y deshaciendo, meditando, comparando incluso dudando y hasta que no me siento satisfecho del todo no lo doy por finalizado; te diré más, en ocasiones he dejado un cuadro sin acabar durante un largo periodo de tiempo hasta que he vuelto a él… Es casi un continuo tejer y destejer, hasta que me satisface a mi mismo.

Paciencia, trabajo bien hecho, sin horario… ¿Qué buscas en todo esto?

Alcanzar un alto nivel de calidad; objetivo que persigo para satisfacer mi propio ego y, al propio tiempo ofrecer un "producto" elaborado a conciencia, trabajado meticulosamente. Aspiro a la perfección; por ello mi escrupulosidad a la hora de dar un lienzo o un cuadro por terminado.

Buscas la perfección porque para ti el pintar es algo más que un oficio. ¿Qué es para ti el pintar?

Como una pelea íntima, entre la idea que tengo plasmada en mi mente y el objetivo de trasladarla al lienzo, en ocasiones lo consigues en otras no; muchas veces lo que has logrado pintar es solo parte o un reflejo de lo que habías imaginado. Añadiré que pintar es también dominar las reglas del dibujo, la perspectiva, la composición, el color…

¿Y la luz?

¡La luz! Me apasiona investigar la luz que se consigue con las sombras, no con la propia luz.

¿Es como jugar con las luces y las sombras?

Algo difícil de definir, mágico… A una estrella no la ves de día, la ves de noche; es algo mágico en sí mismo.

Aunque "inscrito" en la nómina de los pintores realistas hay quienes también te califica de hiperrealista. ¿Aceptas ésta denominación?

No, el hiperrealismo se caracteriza por la traducción literal y fotográfica de la realidad y éste no es mi caso, porque en mis cuadros no busco ser fotográfico, pinto o dibujo lo que quiero ver… Y trasmitir.

¿Cuáles son tus "herramientas"?

El ojo y la mano y en la pintura, como en cualquier otro oficio creativo, cuanto mejor sean las "herramientas" mejor será el resultado final.

Manuel Rivas, periodista, novelista, poeta y ensayista gallego, en "La lechera de Vermeer ¿Qué me quieres, amor?" (Alfaguara 1995), dice que en 1992 viajó a Amsterdam por vez primera, era aquel viaje como una especie de peregrinación; "Estaba ansioso de ver 'Los comedores de patatas'. Ante aquel cuadro de misterioso fervor, el más hondamente religioso de cuantos he visto, reprimí el impulso de arrodillarme…". Luego añade que al visitar el Rijksmuseum pudo admirar "La lechera de Vermeer", pintado en 1960 y cuyo embrujo radica en la luz, lo que ha venido en llamarse el misterio de Vermeer. ¿Te sucedió a ti algo parecido?

Pues sí, temí no poder contener mi emoción… Soy un admirador de Johannes Vermeer y al visitar su tumba sentí como su propia presencia; si para mi es fundamental el estudio de la luz y su resolución sobre la tabla se lo debo a él, al pintor holandés que nos dejó cuadros tan extraordinarios como "La lechera de Vermeer".

¿Qué sucedió con respeto a la exposición celebrada en el Museo del Prado, sobre tu admirado Vermeer?

Que el director de dicho museo tuvo la deferencia de invitarme a la inauguración; no asistí, fue una inauguración multitudinaria lo que no va con mi forma de ser, pero pude admirarla a solas, con el director, durante media hora.

Veo que estás pintando un cuadro de grandes dimensiones de temática religiosa…

Sí, es un encargo para la iglesia de Es Mercadal; una réplica de un cuadro de Caravaggio cuyo original he estudiado en profundidad, incluso viajé para contemplarlo in situ… Un trabajo que intento sea del agrado no solo del donante sino de todos cuantos lo contemplen, y es además un trabajo que me satisface enormemente.

¿Vives del arte, de la pintura?

Sí, afortunadamente vendo todo cuanto expongo, y los encargos no han remitido del todo… En ocasiones pienso que mi pintura es diferente a la de otros pintores menorquines; además y como escribió Antonio Gala, "la pintura, como toda emoción estética, es inefable".

En lo personal se te conoce poco. ¿Cuáles son tus aficiones? ¿Cómo creciste?

Crecí como cualquier otro chaval de la Ferreries de los años 50, pero con unas dos aficiones muy fuertes, la pintura y la lectura; cuando cobraba la "paga" semanal, 25 pesetas, corría a la librería y adquiría los libros de la colección "Joyas Literarias Juveniles", de hecho me he decantado por la pintura porque es mi modus vivendi, pero el leer me sigue apasionando; por lo demás, todo normal, con las vivencias entrañables de ser el menor de ocho hermanos… Añadiré que me presenté voluntario a la "mili".

Que la pasaste pintando.

Sí, en el CIR, en Mallorca estuve pintando a la mayoría de los oficiales y jefes allí destinados, una bendición. Luego al licenciarme trabajé, durante unos años, en el negocio familiar, hasta que me dediqué exclusivamente a la pintura.

Te has olvidado de otra afición.

La de viajar; me encanta el viajar, de hecho he recorrido medio mundo, en solitario y en ocasiones acompañado por mi esposa y por mis hijos… Y con alguna anécdota incluida.

¿Cómo cual?

Visitando Petra, en Jordania, me confundieron con un terrorista y me detuvieron; lo pasé fatal, en una comisaría, con cuatro militares, metralleta en mano, interrogándome; blanco como la pared y temiendo lo peor, afortunadamente todo se solucionó pero el mal trago fue de órdago; me gusta viajar por los países árabes, en alguno de los cuales no es actualmente recomendable el hacerlo, he recorrido prácticamente la Ruta de la Seda y otros interesantísimos lugares, pero todavía me queda mucho por visitar.

¿Tu esposa te acompaña?

En ocasiones sí, pero a Eugenia el viajar no le seduce como a mí… También mis hijos me han acompañado pero los viajes más exóticos los he realizado en solitario.

Volviendo al tema central. ¿Te consideras un pintor intimista?

En cierta manera sí; además mis "obsesiones", como la búsqueda constante de las connotaciones de la luz, me llevan a ello.

Si un cuadro no te satisfaces, ¿lo dejas pendiente?

Sí, incluso he estado catorce años en acabar alguno de mis cuadros, sencillamente porque en un determinado momento no me gustaba y esperé hasta lograr aquello que yo intuía en mi mente y quería trasmitir.

Posees una interesantísima colección particular. ¿Qué sistema sigues para no desprenderte de ellos?

Cuando expongo, antes de la inauguración mi esposa y yo elegimos uno de los cuadros y los elegidos son "sagrados", en cierta ocasión Massiel vino tres veces para adquirir uno de los cuadros expuestos, éste (lo señala), "Es llit de l'amo i madona"; y no se lo vendí; recuerdo que adquirió otro, pero el que le gustaba sigue estando en mi poder.

Veo que has integrado tu estudio en el hábitat familiar.

Sí, había espacio para ello y por supuesto luz, y así lo diseñamos, es una forma de estar juntos en un espacio lo suficientemente amplio para compartirlo sin agobios.

Extremadamente sensible estarás sumido en un mar de confusiones, ¿cómo definirías el actual momento que atravesamos?

De sangrante; siento un gran dolor por toda la gente que lo está pasando muy mal; en estos momentos de angustia para muchos me considero un privilegiado; también me preocupa el futuro ya no mío sino el de las futuras generaciones, la de mis hijos por los muchos problemas que deberán afrontar y superar.

¿Culpables?

Todos los somos, nos sumergimos alegremente en la burbuja del consumismo y dejamos que otros tomaran las decisiones que nos incumbían a todos y así nos ha ido; a estos últimos habría que exigirles responsabilidades por el flaco favor que han hecho a todo un país.

Y a la vida, ¿qué le pides?

Que se termine el sufrimiento de tanta gente que padece la actual situación de crisis; luego, en lo personal, que cada día siga teniendo la misma ilusión para ponerme delante del caballete y seguir haciendo aquello que me gusta, aquello que se hacer y que me permite vivir sosegadamente.

"El de pintor es a la vez un oficio bendito y maldito del que no te puedes librar jamás. Si naces pintor; mueres pintor; y nada en el mundo podrá desviar el camino trazado". Isabel Abenia. "El alquimista holandés".