SUSANA NAVARRO Y ANTONIO VILLA. - R.C.

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Autoficha
Somos Susana y Antonio, tenemos 47 y 49 años y vivimos en Madrid, en Villaviciosa de Odón. Hace 23 años que venimos a Menorca y ocho que tenemos casa propia en la Isla. Somos padres de dos hijas, Sofía que acaba de cumplir los 15 y llega hoy a Menorca, y Sara, que tiene 23. Tenemos una empresa de distribución de congelados. Nos encanta hacer deporte.

Les encuentro súper equipados con su tándem blanco. ¿Cuál es el plan para hoy?
Hoy vamos a hacer una salida cortita, un poco más de dos horitas, vamos a ir a Sant Tomàs.

Así que hoy, salida cortita...
Sí, si la hacemos larga nos vamos hasta Maó, volviendo por Fornells... El otro día subimos al Toro...

¿Alguna anécdota?
Nos hemos hecho famosos, hace poco salimos con un triatleta y rodamos hasta a 33 kilómetros por hora, y esta semana volvemos a salir juntos. Ayer nos fuimos a Macarella a cenar con el tándem rojo, el de montaña, y nos volvimos con la linterna. ¡No veas con la cuesta de subida, después de la comida y la sangría! (risas).

Me da la impresión de que ustedes hacen triatlón cada día...

(Risas) Casi, aunque este año hemos cambiado mucho el chip, y comemos más en casa y vamos a la playa por la tarde hasta las ocho y pico.... Pero si no hace mucho calor, podemos salir por la mañana con el tándem y luego nos damos una caminata de un par de horitas. Nos encanta caminar por aquí. O si hace bueno, salimos al mar con la canoa.

¿En Madrid son tan atletas como en Menorca?

Aquí estamos de vacaciones y tenemos todo el día libre. En Madrid salimos en bici un mediodía a la semana, nos quitamos de comer ese día, y los sábados y domingos. El resto de días, un poquito de gimnasio. En Madrid hay instalaciones en donde lo tienes todo y puedes hacer piscina, pilates, spinning...

Aquí tenemos naturaleza.
Eso es, con esa macropiscina llena de peces.

¿Cómo se decidieron a comprar la casa?
Porque estábamos enamorados de la Isla y veníamos todos los años. La economía en aquellos momentos nos daba para ello, y decidimos comprar. Con lo que nos gastábamos por ahí, vivimos bien aquí y disfrutamos de esto.

¿Qué ponen dentro de sus maletas? ¿Cómo es su equipaje?

Venimos con el coche lleno. Cada vez con menos ropa de vestir y más ropa deportiva. Y muchos zapatos, piensa que cada bicicleta, de carretera, de montaña, lleva un calzado específico, y también te traes el de correr, el de caminar... Y por supuesto, en la maleta llevamos esas cosas que nos hacen la vida agradable como la mermelada (risas). Traemos comida que no encontramos aquí, y las combinamos con las cosas ricas de Menorca.

A nivel personal, ¿notan mucho el cambio de Madrid a Menorca?

El primer cambio es que aquí no trabajamos. Otro, el contacto tremendo que tenemos con la naturaleza y la relación que hay entre distancias y tiempo. Te relajas, te sueltas, te tranquilizas un montón. Nos gustan la sensación de seguridad, la tranquilidad, el silencio, que es encantador, las estrellas... Al llegar a Madrid, el impacto es ponerse de nuevo calcetines. Es la señal de que se acabaron las vacaciones.