Can Dineret. Está dispuesta a ayudar para impulsar el Casino de la Unión, en "la esquina de oro" de Maó - Jaume Fiol

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Lleva más de treinta años bajo el embrujo del puerto de Maó. Fue su tío Alfonso Milá Sagnier el primero de la familia que pisó S'Altra Banda y compró una concesión de La Solana. Mercedes Milá hizo lo mismo un tiempo después. Hace más de dos años que Autoridad Portuaria pretende el desalojo de todas las casetas de esta zona, porque ha finalizado el plazo de la concesión. Sin embargo, la periodista, como han hecho su hermano Lorenzo y el matrimonio de Victor Manuel y Ana Belén, ha llevado el caso hasta el Tribunal Supremo. Está dispuesta a luchar sin descanso para seguir viendo el mar desde La Solana.
"Me siento feliz aquí", declara.

¿Qué porcentaje de Mercedes Milá es ya menorquín?
Si valoramos las emociones y los conocimientos, aquí he aprendido muchísimo. He leído muchos libros, he recorrido el Camí de Cavalls, el campo y el mar.

Cuando habla de la Isla se nota que le pone sentimiento.
Tengo dos recuerdos muy metidos en la memoria. La primera vez que fui a Torre d'en Galmés y sentí muy claramente una unión con los habitantes de vivieron en nuestra Isla. Y la primera vez que fui a conocer la casa de mi tío en el puerto. Era por la tarde y un "gregal" suave movía el agua de La Solana de una forma que te embrujaba. Creo que fue entonces cuando decidí que haría lo que fuera para venir a esta Isla. Por eso va a ser tan difícil que me echen de S'Altra Banda, si no lo hacen con los pies por delante...

La isla del Rey y Ca'n Dineret

¿Por qué decidió dar dinero a la Fundació de la Isla del Rey y tener una sala, la de biología marina, con su nombre?
Después de que el Ayuntamiento de Maó abandonara la Isla del Rey todos fuimos testigos del deterioro y destrucción de ese lugar tan emblemático. Un día observé al pasar con la barca que había gente trabajando de nuevo, desbrozando la maleza y me interesé por lo que hacían. Supe de la creación de una Fundación y empecé a ahorrar un dinero para cuando hiciera falta. Luis Alejandre y toda la gente de la Isla han demostrado que cuando la sociedad civil actúa es imparable. Me preguntaron si quería que se hiciera pública la donación y les dije que no. Pero ellos pensaban que serviría para que otras personas se animaran a colaborar y no tuve inconveniente. Por ese motivo pusieron mi nombre a la sala de Biología marina. Es una gran alegría haber podido colaborar.

Ahora se ha dado de alta como socia en Can Dineret, el casino de la Unión. ¿Con qué objetivo?
La culpa es de mi amigo panadero, Carlos Ferrer. Me comentó que faltaban socios para impedir que con la desaparición de los socios ya mayores pudiera morir esta entidad. Si mi colaboración sirve, como un grano de arena, para ayudar a mantener un lugar con tantas raíces, en esta esquina privilegiada del Carrer Nou, en pleno centro de Maó, pues adelante. Mi hermano Lorenzo también tiene previsto pedir el alta de socio por las mismas razones.

Iñaki Gabilondo dijo una frase que ha calado: "Los menorquines quieren turismo pero sin turistas". Como él, usted es una visitante con experiencia. ¿Comparte esa impresión?
No estoy del todo de acuerdo con Iñaki. He leído muchos libros de la historia de la Isla y se sabe que este es un lugar donde la gente ha sufrido mucho. Es un pueblo que en su ADN tiene grabadas experiencias muy duras de tiempos difíciles. Eso hace que los menorquines sean precavidos. Por eso entiendo que no quieran abrir "su casa" para que entre todo el mundo a cambio de dinero. El turista que entiende la forma de ser de la Isla está contento y el que no lo comprende, o no la acepta, lo tiene muy fácil: que no venga.

Algunas veces parece que existen dos mundos, el local y el que forman los residentes habituales, los "forasters", que aprecian las virtudes de la Isla, pero que no tienen necesidad de fomentar la relación con los isleños.
Tengo excelentes amigos menorquines. No soy crítica con los menorquines. Me siento perfectamente integrada, querida y respetada. Quienes me paran por la calle para hacerse una foto o pedirme un autógrafo suelen ser turistas y no los menorquines, que me reconocen pero me respetan. Estoy convencida de que la afición que solemos tener de hablar en negativo de las cosas, no es buena. Ante la situación tan dura que vivimos deberíamos ser capaces de decidir que esto vamos a superarlo entre todos. Me gustó lo que dijo Enric Juliana en el Foro, cuando puso de ejemplo el voluntariado de la Isla del Rey como método para solventar las dificultades.

Muchos de los residentes veteranos tienen una queja permanente: los obstáculos que les ha puesto la Administración para desarrollar cualquier proyecto. ¿Lo comparte?
Absolutamente. Te llega a entristecer, por no decir cosas peores, que lograr un permiso sea tan lento o llegue a ser imposible. Yo misma he tenido una paciencia extraordinaria para conseguir un permiso de las administraciones. El fallo en este terreno es enorme. Y eso que todos trabajan mucho, pero lo que se tarda para conseguir un permiso es algo incomprensible y daña de forma muy dolorosa a los proyectos que podrían traer trabajo a la Isla.

Vivir en S'Altra Banda
Ahora se cumplen 30 años de la compra por parte de su tío Alfonso Milá Sagnier de una caseta en S'Altra Banda.

Mi tío compró un derecho de concesión a un señor mayor: un pescador que ya no salía al mar y que estuvo encantado con el acuerdo. El ya sabía que compraba algo que entrañaría una cierta dificultad con los años, pero nunca que llegaríamos a la situación actual. Nosotros hemos vivido momentos irrepetibles e inolvidables en S'Altra Banda.

En abril del 2010, los residentes recibieron una orden de desahucio de Autoridad Portuaria porque había concluido la prórroga de 17 años de la concesión original. Algunos de los once propietarios acataron la orden, pero usted prefirió acudir a los tribunales.

Algunos se sintieron forzados a irse, porque se sintieron amenazados, hasta el punto que les advirtieron que les cambiarían las cerraduras. La forma de hacerlo fue un atropello, con fotógrafos y prensa, como si los once concesionarios fuésemos delincuentes. Nosotros de forma inmediata pusimos el caso en manos de la Justicia. También lo hicieron mi hermano Lorenzo, que es el heredero de mi tío Alfonso, y Victor Manuel y Ana Belén. Tenemos un contencioso administrativo abierto y ha llegado al Tribunal Supremo.

¿Ve un camino para que se resuelva el conflicto?
Valoro las manifestaciones del ministro Miguel Arias Cañete, sobre la nueva Ley de Costas y sus planes para variarla. Es el camino que podrá resolver multitud de situaciones que han llegado a ser insostenibles. Muchos propietarios extranjeros han hecho llegar a sus embajadas quejas porque consideran que aquí no existe seguridad jurídica. Si ese nuevo camino se abre también para la Ley de Puertos, los concesionarios que hemos perdido nuestros derechos disfrutados por las familias durante decenas de años, podríamos volver a tener la concesión en S'Altra Banda. Estas casetas forman parte de la fisonomía del Puerto, son patrimonio cultural y nuestra obligación siempre ha sido mantenerlas en condiciones pagando un canon. Esa solución le conviene a la Administración que recibiría unos ingresos y no vería cómo se destruyen, como tantas veces ha ocurrido, un patrimonio que es de todos. Siempre mantengo la esperanza de que vuelva la racionalidad.

Con la actual legislación no va a ser fácil que ustedes consigan una sentencia favorable.
Lo sabemos, la normativa actual no permite vivir en una concesión en el puerto pero nada es para siempre y hay personas dispuestas a variar esta situación. El verano pasado hablé con el President Bauzá y él entendió nuestro problema y estuvo de acuerdo en que había que encontrar el camino para solucionar el conflicto. El puerto de Maó está lleno de viviendas en la ribera, pero las que son concesiones de la Administración, no pueden tener este uso. No somos los únicos, ahí está el caso sangrante de la caseta Venecia que cada año que pasa sin sus habitantes dentro para mantenerla y conservarla, se muere un poco. O el de Villa Ofelia que ya ha cedido y se ha venido abajo. Soy optimista y sé que encontraremos una solución que deje a todos contentos.

Usted se ha comprometido también con una nueva entidad que es Port Sostenible.
Creo en la sostenibilidad. Si tienes una idea excelente pero no es sostenible vale más que te olvides de ella. Y el Puerto tiene en este aspecto posibilidades enormes. Para ello hace falta una gestión común. En Port Sostenible consideramos un sinsentido que el Ayuntamiento no tenga casi nada que decir sobre el puerto de su ciudad. No entendemos que, por ser puerto del Estado, solo la Autoridad Portuaria dependiente de Palma y de Madrid, sea responsable de la gestión. Defendemos que Agueda Reynés, que tiene muchas cosas que decir, tenga mucho mayor poder sobre lo que se haga en el puerto. Consideramos que solo gestionando el puerto con habilidad y creatividad, con un criterio profesional que ahora no existe, llenándolo de barcos, poniéndolo en precio, lograremos que sea sostenible. En Port Sostenible estamos convencidos de que si el puerto tira, tirará la economía insular.

Usted compró y ha reformado una casa en el Pla de Sant Francesc. ¿Lo hizo por si un día ya no puede vivir en La Solana?
La compra de la casa del Pla de Sant Francesc fue una decisión romántica. Cuando Llorenç, su propietario me contó que se jubilaba y cerraba la tienda que siempre vi en esa esquina, me dio un enorme disgusto y le propuse comprarla y arreglarla para hacer una vivienda. No pudo ser en ese momento pero pasado el tiempo, con unos socios pudimos comprar toda la casa y ahora estamos acabando de reconstruirla. La pena que tengo es que Llorenç, mi amigo Llorenç no viva para disfrutar del trabajo que hemos hecho. Estoy convencida de que le gustaría ver cómo hemos respetado la vecindad con la Iglesia y lo bonita que está quedando esa casa que podrán disfrutar las familias que finalmente vivan en ella.

Entonces, ¿no sustituye a su casa en el puerto?
Nunca se me ha pasado por la cabeza que voy a dejar el puerto. Es una opción que no considero. No quiero sufrir como Antonia Mus que todavía llora cuando habla de su caseta de S´Altra Banda de la que la echaron hace ya dos años y que miro cada día con la esperanza de volver a verla trajinar mientras José, su marido sale con su pequeña menorquina a pescar la cena. Estoy dispuesta a llegar a donde haga falta, hasta Estrasburgo incluso, yo nunca voy a renunciar a mi casa en La Solana es una promesa íntima que estoy convencida que acabaré logrando.

Que vuelva Branson
El puerto es un tema de moda. Todos dicen que tiene grandes oportunidades, sin embargo, a parte del cierre estival de un tramo comercial, no se ve un objetivo claro a largo plazo. ¿Dígame algunas ideas concretas que piense que pueden permitir darle al puerto un papel protagonista?
Hay personas mucho más preparadas que yo para responder a esa pregunta. Nosotros desde Port Sostenible empujamos ideas que creemos que pueden ser útiles pero no somos expertos. Por poner algún ejemplo nos gustaría poder recuperar el criadero de langostas del Fonduco que en la actualidad es una ruina cuando muchísimos vecinos de Maó lo recuerdan a pleno rendimiento. En ese lugar cabrían una vivienda y un restaurante. También tenemos la ilusión de que Richard Branson vuelva a Menorca y se recupere Venecia. Que una persona como él, que lo sabe todo de turismo, que es un enamorado de la Isla y que se fue triste por la forma cómo le trataron, pueda volver e incluso asesorar lo vemos como una gran oportunidad para el puerto y para toda Menorca. Es una lástima que se eche de la Isla a personas que la valoran. Me han contado que algo parecido ocurrió con Chillida: un escultor grande que acabó tirando la toalla por los palos que le pusieron en las ruedas y del que hoy podríamos disfrutar su obra, una obra que traería, seguramente, muchos visitantes. Otro ejemplo es La Mola, la concesión a Cordial Hotels es algo importante, pero tienen que dejarle hacer cosas, lo que no puede ser es que el Consorcio diga a todo que no, como a tener un restaurante, un snack. A la gente hay que dejarle hacer bien su trabajo.

"Como anillo para mi dedo"
Vamos al mundo de la televisión. Enhorabuena por el premio Joan Ramón Mainat, que le acaba de conceder el Festival de la Televisión de Vitoria, y que recogerá el próximo 8 de septiembre.Me ha hecho mucha ilusión porque lleva el nombre de una persona a la que he apreciado mucho, que sabía muchísimo de televisión. Este premio es especial por eso.

¿Se lo conceden por su trayectoria?
Creo que es por Gran Hermano, que ya es hora porque no nos dan premios por este programa. Les da vergüenza. Mainat me decía que Gran Hermano era el mayor invento de la historia de la televisión y se sorprendía de que no se reconociera. Mira por donde, ahora me dan el premio que lleva su nombre.

Usted defiende su programa con pasión, como es lógico, pero hay muchos detractores de este modelo televisivo.
Siempre he defendido Gran Hermano. Si no me gustara, no lo haría. Lo defiendo primero porque está muy bien hecho y por encima de todo porque hay varios millones de personas que disfrutan con él.

Usted ha trabajado en casi todas las televisiones nacionales y ha presentado programas de entrevistas que han dejado huella. Jesús Hermida suele decir que "te recordarán por tu última crónica". ¿Mercedes Milá será recordada por Gran Hermano?
Es una frase muy de Jesús pero no sé si realmente es así. A mi me recuerdan todavía por una entrevista a Paco Umbral y de eso hace décadas. El único patrimonio profesional que me interesa es la credibilidad, antes, ahora y en el futuro.

Un programa de libros
¿No se siente más cómoda en un programa como "Diario de…", más centrado en el periodismo de investigación?.
Igual. Son dos partes de una misma moneda. Lo que sí tengo claro es que no voy a retirarme sin hacer un programa dedicado a los libros, porque la literatura es mi gran pasión, por eso ahora estoy feliz siendo socia de una librería en Barcelona, +Bernat, en la calle Buenos Aires 6 de Barcelona. Espero que algún día me dejen demostrar que un programa de libros puede tener audiencia.

¿Cómo?
Si lo explico me lo copian... Solo diré que no hay porqué poner en el centro de un espacio de libros a los autores o los editores. Lo haría basado en la experiencia y la pasión de un lector.

"Me preocupa TVE"
¿Cómo ve el momento que vive TVE, la televisión pública?
Con preocupación. Me gustó lo que hicieron los socialistas cuando estuvo Fran Llorente al frente de los servicios informativos y demostró que podía hacerse una televisión pública independiente y de calidad. Me preocupa que prescindan de presentadores muy buenos como Ana Pastor, Juan Ramón Lucas, Antoni Garrido. Como pequeña propietaria de la televisión pública, como lo somos todos, no quiero ver otra vez una televisión politizada.

Está claro que usted no descarta sino que espera llevar a cabo nuevos proyectos, a pesar de la crisis.
A mi me advirtieron de que era un disparate reformar la casa del Pla de Sant Francesc en plena crisis. Contesté que precisamente porque hay crisis es por lo que convenía hacer la reforma. La gente que estamos en una buena situación, como es ahora mi caso, tenemos la responsabilidad de hacer cosas, crear trabajo. Tengo en mi vida dos grandes criterios que quiero mantener: la compasión y la generosidad. No es fácil lograrlo pero es bueno intentarlo.