Actividades. Cala en Porter disfrutó de la misa, el jaleo, las actuaciones musicales y las majorettes, entre otros - Gemma Andreu

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Un torbellino hizo parada ayer en Cala en Porter. Se detuvo concretamente en la Plaza de la Iglesia y tuvo consecuencias: una explosión de música, un baile de saltos y mucha gente. Y es que, el grupo de música "Cap de Fibló" acompañó ayer de nuevo al jaleo, segundo y último del fin de semana, consiguiendo extasiar a vecinos y visitantes con su impetuosa actuación.

La jornada dominical arrancó con la Banda de Cornetas y Tambores de Alaior que tocó diana para desperezar al pueblo de una larga noche de fiesta. Minutos más tarde, el aroma de chocolate invadió el edificio municipal que albergó un delicioso desayuno típico menorquín. Posteriormente, en el mismo lugar, 'caixers' y 'cavallers' se congregaban para celebrar una misa. A media mañana, las notas del grupo "Cap de Fibló" comenzaron a sonar y la 'qualcada' encabezada por el 'caixer president', Daniel Pacheco, ofreció un gran espectáculo a lomos de sus acompañantes de gesta. Tras dos vueltas de jaleo y la entrega de las cañas verdes y cucharilla, la comitiva se desplazó a pie hasta el edificio municipal para participar en la recepción.

Cabe señalar que la banda, una vez finalizado el jaleo, animó al público con pasodobles y canciones festivas que no dejaron indiferente a nadie.
Por la tarde, los más pequeños disfrutaron de la gran fiesta de la espuma y, los mayores lo hicieron con la música en vivo que se ofrecía desde distintos locales. La fiesta acabó con un "correfocs" y traca final a cargo de la Colla de Diables de Maó y un espectáculo pirotécnico que despidió las fiestas hasta el próximo año.

Cruz Roja informa que se realizó un traslado al hospital Mateu Orfila después de que un hombre sufriera una caída. El accidentado, J.C.S. de 70 años y vecino de Cala en Porter, sufrió una fractura de cadera, por lo que fue hospitalizado en el complejo sanitario, según fuentes hospitalarias.