Geriátrico. Xisca Medrano mantiene en el anonimato su trabajo de voluntaria en el geriátrico. En la imagen, mira la exposición del centro - a. M. O.

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"Maó busca voluntarios", así titulaba una noticia publicada hace unos días en el "Menorca". El Consistorio ha puesto en marcha distintos programas de voluntarios dirigidos a los más jóvenes, principalmente para alumnos de Secundaria y Bachillerato.

Pero también busca personas con experiencia en organización y gestión de actividades deportivas. Los nuevos programas de voluntariado se suman a los ya existentes en el municipio como el de acompañamiento a personas mayores, de refuerzo escolar, de parejas lingüísticas (intercambio de aprendizaje de idiomas) y de asesoramiento jurídico, entre otros.

Y es que no son muchas las personas decididas a dar el paso de dedicar su tiempo libre a los demás, de ofrecer ayuda sin esperar compensación. Sin embargo, la crisis económica ha colocado a muchas familias de la Isla en situaciones extremas y ahora más que nunca se necesitan voluntarios en diversos ámbitos; atención a las personas mayores, infancia, desempleados, mujeres maltratadas y cualquier otro colectivo en dificultad.

La mayoría de quienes llevan a cabo una labor altruista afirman recibir más que dan, la recompensa emocional que obtienen es para ellos "impagable", aseguran.

Éste es el ejemplo Xisca Medrano, Mohamed Achiyach y de las hermanas Paqui y Susana Gomila. Los cuatro son voluntarios y participan en distintos programas sociales desarrollados por el Ayuntamiento de Maó. La mayoría de los voluntarios suelen realizar una trabajo anónimo, no son muy amigos de salir en los medios de comunicación, pero en este caso los cuatro son plenamente conscientes de que su ejemplo puede animar a otras personas a hacer lo mismo, por eso no han dudado en contar al "Menorca" qué hacen y qué motivó su entrega a los demás, su labor altruista. Habitualmente suelen pesar razones humanitarias, psicológicas, religiosas, psico-sociales, incluso de desarrollo personal.

También está presente la capacidad de esfuerzo, la superación y en ocasiones puede ser, para los más jóvenes, una forma de adquirir experiencia, fortaleza mental y de trabajo en equipo.

Xisca Medrano trabaja como voluntaria en el "Programa estones", de acompañamiento a personas mayores en el hospital Geriátrico de Maó. Tiene una minusvalía y aconsejada por su médico decidió emprender una actividad que le ocupara tiempo y mente. Desde 2008 es voluntaria en el geriátrico. Varios días por semana organiza juegos de mesas para entretener a los usuarios del servicio; dominó, parchís y bingo. Incluso colabora en la peluquería. A penas le ocupa hora y media de su tiempo, pero asegura sentirse realizada y feliz.

"Vine al Geriátrico pensando que podía ayudar a la gente. Es cierto que pasan un rato agradable con los juegos, pero cuando estoy aquí siento recibir más de ellos de lo que yo doy", explica.

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