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Las nuevas tecnologías pueden ser tan útiles como para poder entrevistar desde Ciutadella a Antoni Fiol Benejam mientras se encuentra cruzando el Atlántico a bordo del velero "Pakea Bizkaia". Ya han pasado muchas jornadas desde que pisó tierra por última vez, y aún le quedan para completar los 20 días de navegación en el gran océano. El destino de la expedición es la Antártida, aunque el estudiante finalizará su etapa en Buenos Aires para dar paso a otros jóvenes en la expedición. Antoni Fiol es de Ciutadella, tiene 24 años y está cursando Ingeniería Marina en la Universidad del País Vasco. Desde el velero, en medio del Atlántico, el estudiante comparte sus vivencias.

Es afortunado, no todo el mundo tiene la oportunidad de cruzar el Atlántico, ¿cómo consiguió formar parte de la expedición?
Formo parte de la expedición porque, después de una primera toma de contacto y de navegar juntos a lo largo del invierno y el verano pasados, el equipo del "Pakea Bizkaia" consideró que mi carácter, actitud y conocimientos eran adecuados para ser parte de la tripulación.

¿Cuál es su misión en el velero y su función durante la travesía?
Mi función en la expedición es la de, bajo las órdenes e instrucciones del capitán Unai Basurko, hacer que el barco navegue y lo haga con seguridad durante las guardias que, junto a un compañero, desempeño a bordo. También ayudo en la convivencia, en cuanto a comidas, limpieza o entretenimiento, entre otras cosas. Y, debido a mi trayectoria académica, estoy a cargo de las instalaciones y maquinaria del velero.

Se encuentra en medio del océano, ¿cómo está siendo la experiencia de la travesía?
Ahora mismo nos encontramos en medio del Atlántico, en el hemisferio sur. Hace un par de días cruzamos la línea del Ecuador. La experiencia está siendo muy enriquecedora tanto personal como profesionalmente.

¿Cómo se lleva eso de estar 20 días sin pisar tierra?
Lo de estar 20 días sin ver tierra se lleva bien, aunque no es por el hecho de no ver tierra, sino por estar 20 días en un espacio reducido que puede parecer "duro". Pero a bordo tenemos entretenimientos, visitas de fauna, puestas de sol, charlas, viento que cambia de intensidad… y todo ello, combinado con que todos ponemos de nuestra parte, se hace muy llevadero.

Seguro que hay muchas anécdotas por contar...
Tenemos gran variedad de anécdotas. Desde, literalmente, ataques de peces voladores por la noche que se estampan contra todos y contra todo lo que haya en cubierta, hasta reencuentros con gente en islitas perdidas en el Atlántico.

¿Han tenido algún avistamiento reseñable de fauna marina?
Durante la navegación hemos tenido multitud de avistamientos de animales: delfines, zifios, tortugas, calderones, petreles... ¡Nuestra bióloga marina, Ane Alberdi, está encantada! Pero más que el avistamiento de animales, que al fin y al cabo es lo normal después de tantas millas, me gustaría remarcar los avistamientos de plásticos. Es algo increíble la poca consideración al medio ambiente que se tiene para que con lo grande que es la mar se vea tanta basura. Imagínense lo que no vemos…

Es menorquín ¿cómo ha influido la Isla en su relación con el mar?
Como isleño mi experiencia es 'muy isleña', aunque últimamente más profesional. En un principio era puro placer, vueltas a Menorca en 'llaüt' y salidas a pescar. También recuerdo con gran felicidad las navegaciones con mi tío Nito y su velero con toda la familia, cruzábamos a Mallorca, algunas vueltas a Menorca... Poca cosa, pero diría que son las experiencias que me enseñaron a disfrutar de la mar.

¿Por qué eligió la ingeniería marina y en Euskadi?
No elegí directamente estudiar en el País Vasco, quería estudiar en Barcelona, pero el verano en la Isla te relaja y sin darme cuenta ya era septiembre y no tenía plaza. Dado que dos de mis amigos, Joan Vallori y Lluís Almagro, están estudiando también en Bilbao me decanté por la Universidad del País Vasco.

¿Qué hará cuando llegue a su destino?
El destino de la expedición es la Península Antártica. Yo no llegaré hasta allí. La expedición dura seis meses y, entre otras cosas, porque éramos 70 candidatos, y para poder dar oportunidad a más de cinco, dividieron la expedición en 3 etapas. La primera, de la que soy partícipe, es de Bilbao a Bahía Blanca (Argentina); la segunda Bahía Blanca-Península Antártica-Ushuaia, y la tercera de vuelta a Bilbao.

¿Cómo valora esta oportunidad en el "Pakea Bizkaia" bajo el mando del capitán Unai Basurko?
Valoro muy positivamente esta oportunidad de navegar entre vascos. Históricamente, han sido grandes navegantes y lo están demostrando con creces. Además, navegar capitaneado por Unai Basurko junto con Gonzalo Terceño le permite a uno aprender como el que más cómo se navega a vela.

¿Cuáles son sus proyectos después de la expedición?
Seguir navegando es lo que tengo en mente. Utilizar todo lo aprendido personal y profesionalmente y seguir disfrutando.